Capítulo 9

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Después de la enorme batalla la vida se calmó, pero Jaemin no se dejó llevar por la falsa sensación de seguridad. Seguía esperando que esas cosas volvieran a atacar. Era un manojo de nervios, mientras Jeno actuaba como si no hubiera una amenaza en el bosque.

—Creo que necesitas un poco de aire fresco—Dijo Jeno, mientras entraba en el dormitorio. Estaba acurrucado en una de las tumbonas, mirando la televisión, con un tazón de palomitas en su regazo.

Las palabras de Jeno deberían haberlo animado, pero no quería ir a ninguna parte, cerca del bosque. —Creo que estoy bien.

Jeno balanceo un juego de llaves.

—Estaba hablando de ir a la ciudad. Tenemos poca comida gracias a ti y a Haechan, y...

No le dio la oportunidad de terminar. Dejó el cuenco a un lado y saltó de su asiento. —Estoy dentro. No me importa si vamos porque necesitas recoger cadáveres. Sólo dame la oportunidad de hacer algo.

Todo lo que llevaba puesto era una camiseta y boxers. Nunca se había vestido tan rápido en su vida. Se puso los calcetines, los vaqueros y un suéter, antes de meter los pies en sus zapatillas de tenis.

—Creo que tenemos que ir de compras, algo de ropa de invierno para ti— Dijo Jeno, mientras lo veía vestirse. —Necesitarás un abrigo más grueso, unas botas y unos pantalones que se expandan junto con tu estómago.

Eso atrajo su atención. —¿Qué, como pantalones de maternidad?—Se encogió ante la idea de usar pantalones de mujer, con una cinturilla elástica.

Jeno se encogió de hombros. —Algunos de los otros compañeros los llevaban.

—Creo que me quedaré con los pantalones de deporte. —Dijo. De ninguna manera llevaría ropa de maternidad. Podría estar embarazado, pero todavía era un hombre.

Jeno se echó a reír. —Sólo estaba bromeando. Ningún compañero llevaba eso. Todos usaban pantalones de deporte, o algo similar.

Entrecerró los ojos, pero por dentro, sonrió al sentido del humor de Jeno. Había transcurrido una semana desde que Haechan se había encerrado en casa de los Kims, y él estaba ansioso y deprimido. Echaba de menos a Haechan, pero su amigo se negaba a salir, mientras Mark estuviera cerca. Y el alfa no se había ido demasiado lejos del porche delantero, de Taeyeon y Yeye.

Lo sabía, porque había ido dos veces a hablar con Haechan, pero este había dicho, que cualquiera que tratara de convencerlo de que se fuera con Mark era mierda de perro y no quería hablar con ellos. Tal vez, lo intentaría de nuevo cuando regresaran. Sin embargo, no intentaría que Haechan se fuera con Mark. Sólo quería pasar el rato. Antes de que llegaran a las montañas, habían sido inseparables, y no verlo todos los días, lo estaba matando.

—Hey. —Jeno se acercó y le tomó la mejilla. —Acabas de ponerte triste. Dime qué está pasando en tu cabeza.

No estaba demasiado entusiasmado, con el hecho de que Jeno pudiera percibir sus emociones. —Simplemente, extraño a Haechan.

Jeno lo envolvió en sus brazos. Le encantaba cuando el hombre hacía eso. Sus fuertes brazos siempre hacían que se sintiera seguro, querido, y también caliente. ¿Qué tipo gay en su sano juicio, no querría una tonelada de músculos envueltos alrededor de él? Pero si no se alejaba, no saldrían de la casa.

Jeno le deslizó la mano por la espalda, luego le tomó el culo. Lo miró, con puro calor en los ojos.

—Nop. —Se alejó de sus brazos. —No me estés distrayendo. Vamos a dar un paseo, incluso si tengo que golpear tu cabeza y lanzar tu cuerpo inconsciente a la parte de atrás de tu camioneta.

Jeno (Nomin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora