Me quedo en mi lugar, inmóvil y sin poder creer lo que acabo de ver.
—Xiao, yo... —Wang Yibo intenta dar un paso hacia mí y enseguida le detengo.
—No te me acerques —digo rápidamente, extendiendo mi brazo para detener cualquier paso que quiera dar. Él, al ver mi modo defensivo, se queda en su lugar.
Con mucha lentitud, me acerco al cuerpo inerte de Zhang Vin. Está caliente aún, pero ya no hay respiración alguna.
—Le mataste —declaro con un hilo de voz.
—Xiao, no fue al propósito... Fue un accidente... Yo... —una vez más, intenta acercarse a mí. Yo retrocedo y me pongo de pie con algo de dificultad —Xiao, por favor, escúchame...
—¡Basta! ¡No quiero saber nada!
Salgo de la celda rápidamente y la cierro con llave. Necesito alejarme de la escena.
Camino hacia los baños y ahí, me refresco con un poco de agua. Mis manos están temblando aún y estoy seguro que me he quedado sin color.
Imágenes atormentadoras me atacan mientras el fresco del agua intenta aterrizarme a la realidad. Pero no dejo de ver los nudillos de Wang al presionar contra la garganta de Zhang... No quiero creer lo que vi, pero... así pasó. Wang Yibo es un asesino. Y no un novato. Hay que ser demasiado fuerte para ganarle en una batalla a Zhang Vin.
—Oficial Xiao —me llama alguien de repente —oficial Xiao —repite —¿Todo en orden?
Aún no salen las palabras de mi boca para decirle a este colega que tenemos el cadáver de Zhang en la celda de Wang. Es más, no tengo fuerza para moverme.
—¡Oficial Xiao! —grita de repente.
Miro hacia el lavadero, donde pequeñas gotas color carmín caen con lentitud. Me está sangrando la nariz.
Mis piernas también comienzan a perder fuerza y antes de resbalar al piso, logro decir:
—La celda de castigo.
Luego, todo queda a oscuras.
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࿔Wang Yibo༅
El juez en el estrado invita a Xiao Zhan a dar un paso al frente para que rinda su declaración.
Sin inmutarse, el policía que hasta hace dos días era mi amante, habla claramente de la escena que presencio, claro, omitiendo que él estaba ahí porque me quería follar.
Sé que cada quien escribe las historias a su manera, pero decir que yo le provoqué entrar y que Zhang Vin entró para defenderle es el golpe más bajo que alguien me pueda dar.
No tiene caso que apelé la verdad. Tengo un historial sucio y nadie crecería ante la palabra el poder que tiene Xiao Zhan como jefe de la guardia.
