capullos de seda

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El quería mejorar, por primera vez en su vida realmente quería hacerlo, tal vez al ser demasiados años de daño ya no se podrá sanar tan fácil.

Se podria decir que desde que conoció a Chūya comenzó una etapa de "rehabilitación" ya que realmente no quería defraudar a su nuevo y real amigo pero, por dios! que le caiga un trueno si lo intento.

Y ese trueno nunca llegó ya que el intento comer en el colegio, intento terminar su plato de comida, quizo dejar de ver las barras nutricionales pero ahí se queda, en el triste intento, porque algo lo hacía caer de nuevo, algo lo tiraba abajo una vez mas.

Hoy era uno de esos días, el los llamaba "días repetitivos" debido a la costumbre de aquello y últimamente estaba teniendo varios días repetitivos en las últimas semanas, ¿cuál fue el detonante de hoy Dazai?

Fue verlo, ver a que chico nuevo, no es de ser el típico inseguro que de compara con todos pero está vez se le fue imposible, un lindo chico de piel pálida y uniforme, cabello azabache hasta los hombros, una sonrisa seductora y ese cuerpo delgado...

Mira como se le notan las claviculas...

Su pantalón es tan delgado y aún así le va suelto...

¿Ese es un abdomen marcado y plano?

Mira eso, pareciera que si le tocas la mandíbula te cortara con el filo...

Su subconsciente comenzó a torturarlo en una milésima de segundo y toda la estúpida clase se sintió en un pozo del cual quería salir de cualquier forma.

El timbre martillo sus oídos dando aviso de que aquella tortura finalizaba por ahora y el castaño estaba preparado mentalmente para ir de inmediato con Chūya y que el lo calme como siempre, queríavolver a su lugar seguro.

Trato de no parece desesperado, todo iba bien, se levantó con calma y volteo su cuerpo para dirigirse a Chūy- Oh....

Su mente, su subconciente y el mismo comenzaron a entrar en crisis.

─ Lo ves Dazai? te iba a dejar como todos.

─ Porqué está con aquel chico nuevo?

─Porqué no quiere que lo vean con un gordo raro como nosotros Dazai, piensa con la cabeza.

─ Prometió ayudarme cuando lo necesite.

─ ¿Y ahora lo necesitas no? pero el no está contigo Dazai.

─ Miralo reírse, la está pasando bien, no queremos arrinarle su diversión con nosotros o si?

─ Deberás volver a tu única compañía.

─ Nosotros.

─ Tengo miedo Chūya...

El monólogo dio por finalizado y Dazai se vio obligado a darse media vuelta e irse como si una fuerza mayor lo estuviera atrayendo hacia fuera, pareciese que tenía un camino marcado con algún hilo invisible que lo conducía al mismo lugar de siempre.

Las orugas que aquel día sintió estaban llorando, se retorcian amenazando con morir en cualquier momento si le diesen la oportunidad y Dazai odiaba como se sentía eso.

Quizo vomitar todas las lágrimas que aquellas orugas lloraron por el, y así lo hizo, descargo todo ese dolor que guatfava su pequeño estómago dañado y se permitió acompañar a esas inocentes criaturas en sus penas y lamentos.

mariposas  [soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora