𝐇𝐢𝐥𝐨 𝐌𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨 | El hilo rojo une dos almas para amarse por la eternidad.
El hilo negro las une para odiarse hasta el resto de sus vidas.
Pero el hilo morado, une a dos almas para que ellas mismas decidan si odiarse o amarse para siempre.
Tae...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Comúnmente, Beomgyu y yo despertabamos a la misma hora, tomábamos el desayuno juntos al igual que esperábamos el autobus juntos y así poder partir a nuestras respectivas universidades.
Hoy fué diferente.
Desperté media hora tarde, vi platos mojados al lado del lavamanos escurriendo agua, deduje que Beomgyu había terminado de desayunar. Lo confirmé cuando escuché el agua caer en el baño, ahora él se alistaba.
Decidí comer solo algunas frutas o llegaría tarde, esperé a qué Beomgyu saliera y me adentré al baño.
Ni un buenos días.
Ni un hola.
Ni un te amo...
Simplemente caminó como si yo no estuviera ahí, como si fuera invisible y creo que será así por algo de tiempo. Dejé que el agua ayudara a relajarme y lavara mis preocupaciones pero no era suficiente. Lo necesitaba, necesitaba aunque sea un buenos días de su parte, no creo poder soportar más tiempo siendo ignorado por él.
Al cabo de unos minutos jabonandome me quité la espuma, el shampoo y el jabón dándole fin a mi baño. Tomé una toalla y me sequé con esta cuando salí de la tina, enrollé esta misma al rededor de mi cintura y fuí en busca de ropa para cambiarme. Me apresuré tanto en entrar que olvidé traer ropa conmigo.
Salí del baño y mi siguiente destino era la habitación, iba a abrir pero se encontraba cerrada con seguro.
No escuché sonido alguno al igual de que me quedé esperando una respuesta que sé que no llegaría, en serio estoy a punto de volverme loco. Decidí apoyar mi espalda en la puerta esperando a que Beomgyu salga, las clases comenzaban en veinte minutos y él no faltaría por nada del mundo.
Tallé mi rostro con las manos, nuestra discusión no había terminado de buena forma pero tampoco estoy seguro de que así haya acabado, de alguna u otra forma necesito convencerlo, su madre aún estaba ahí, probablemente la hayan golpeado más cuando nos vió huir de su casa.
Oh Beomgyu, en lo que me estoy metiendo por tí.
Escuché la cerradura de la puerta y me enderecé antes de que se abra y yo caiga de espaldas.
Abrió y sus ojos se posaron en los míos por una milésima de segundo.
¿Se había maquillado?
Parecía que usó maquillaje ya que no veía ningún moretón más, tampoco los raspones y su labio partido ya casi ni se notaba, wow, ahora si quedé imprecionado.
Tenía puesto una camisa de mangas largas color celeste que me imagino y es para ocultar las heridas de sus brazos, también tenía unos pantalones blancos que se ajustaban bien a sus bonitas piernas, tenía unos tenis del mismo color que su camisa, un conjunto simple pero que se veía realmente hermoso en él.