𝐇𝐢𝐥𝐨 𝐌𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨 | El hilo rojo une dos almas para amarse por la eternidad.
El hilo negro las une para odiarse hasta el resto de sus vidas.
Pero el hilo morado, une a dos almas para que ellas mismas decidan si odiarse o amarse para siempre.
Tae...
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— Al señor Choi Yesung se le condenan tres años de prisión por violencia doméstica, trece años por intento de homicidio, quince años por tráfico de droga — porque sí, Yesung vendía drogas siendo este su trabajo el cual le dejaba bastante dinero pero todo se iba en más drogas, alcohol o en prostíbulos — lo cual hace un total de treinta y dos años de prisión con posibilidad de libertad condicional.
El juez dictó leyendo unos papeles en sus manos, una extansa explicación fué hecha para informar donde iría a parar el padre de Beomgyu y los años que se llevarían a cabo aunque el castaño lo único que pudo entender y prestar atención fué a las últimas palabras las cuales decían los años de prisión y el por qué de estos mismos.
El juez nuevamente dijo algunas palabras y cuando terminó de hablar, Yesung —quién esperaba en una habitación con barrotes— fué llevado a su celda asignada, su cabeza se mantuvo gacha todo el tiempo maldiciendo a su hijo y su noviecito.
— ¿Estás bien? — habló Taehyun una vez el padre de Beomgyu desapareció del campo visual de ambos jóvenes.
— L-lo estoy – respondió viendo fijamente la puerta en la que se llevaron a su padre.
Taehyun pidió una orden de restricción impidiéndole al golpeador acercarse a Beomgyu o a su madre si es que este lograba salir antes de la cárcel por buena conducta, quería prevenir cualquier cosa y Beomgyu se lo agredecía enormemente.
— Hey, está todo bien, ya por fin todo se acabó, no volverá a tocarles ni un pelo a ti ni a tu madre, te lo prometo — Taehyun envolvió el tembloroso cuerpo entre sus brazos.
— Estoy tan asustado y al mismo tiempo aliviado, me siento raro — confesó ocultando su rostro en el pecho de su novio.
— Ya pasará, son demasiadas emociones en tan poco tiempo, verás que superarás esto pronto — Beomgyu levantó la cabeza y ambos ojos se encontraron — ya no estas solo, mi amor.
Taehyun dió pequeños besos en los belfos rosados de Choi, eso siempre lograba calmarlo.
— Gracias por todo esto, otra vez.
Taehyun negó con una sonrisa en su rostro — soy yo el que tiene que agradecer.
Antes de que Beomgyu pregunte el por qué de ello decidieron que lo mejor sería marcharse ya de aquel lugar. Fueron a una cafetería que ambos conocían como la palma de sus manos.
Mingles.
— ¿Café con azúcar? — preguntó Soobin en cuanto los vió sentarse en una mesa. La pareja soltó una pequeña risa ante la pregunta.
Taehyun había dicho a su universidad que faltaría por problemas legales al igual que Beomgyu le avisó a la suya para que no les pusieran alguna falta y puedan asistir con tranquilidad al encarcelamiento del padre de Beomgyu.
