Mi primer novio

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Recién había cumplido los 18 años, ya siendo yo abiertamente gay desde los 14 años y medio, me ocurrió lo que voy a narrar.

Tengo el pelo negro brillante, si me lo dejo crecer y me crece muy rápido se me forman unos rulos que son la envidia de mi hermana, porque la vez que me lo dejé hasta muy largo lo tenía tan ondulado y espeso que ella me llevaba a su peluquería porque el peluquero es muy chic y muy sexy, dice ella, pero yo digo: maricón amanerado y toca pelotas a tope, ¡cómo arrimaba sus rodillas a mis genitales estando delante de mí!, pero me gustaba... No soy feo, no soy guapo, más feo que los que salen en las revistas y más guapo que el promedio de mis compañeros, ni siquiera se me pronunciaba aún el vello facial. Ya había ido a un centro de belleza y me dijeron que es pronto, que me esperase como un año. Con esa respuesta ya os podéis imaginar, lampiño a tope. Ahora soy lampiño porque ya me he depilado todo el cuerpo, excepto la cabeza.

Tenía dos amigo íntimos Daniel, que para mí siempre fue Dany, que es homosexual sin poderlo disimular (vergüenza de sus padre y orgullo de su hermana) y Quirze, el exnovio de Dany (siempre me gustó, pero por respeto a Dany nunca lo dije). Ah, por cierto, yo me llamo Néstor y, eso sí, estoy bien equipado, aunque prefiero que me la metan.

Estábamos en el último año del colegio y ese día tenía una clase de música, pues mi madre tenía ilusión de que yo fuera cantante y a mí me apasionaba el piano. Tuve que inscribirme en esa actividad extra escolar en mi mismo colegio, el Santa María; mi amigo Dany también se apuntó a música. En realidad éramos 9 en esa actividad.

Ese día, ya se habían ido los autobuses y todos los demás alumnos, como ocurre habitualmente, y me dirigí al auditorio. Llego a la puerta y me encuentro con un cartel que decía: POR INDISPOSICIÓN DE LA PROFESORA, HOY NO HABRÁ CLASE. ¡La madre que los parió! -pensé-, ¿no podrían avisar antes, ya estaría en casa...? Allí en la puerta me senté en el suelo para llamar a mi madre y avisarla; me dijo que en dos horas y media o quizá tres habría acabado, me aseguró que a las 8.30 pasaría que la esperara en el aparcamiento del colegio.

Dany, que estaba dentro de la sala, al escuchar mi voz salió y se dio cuenta entonces del cartel. Ni lo había leído al entrar. Quiso llamar a su casa y le dije que mi madre iba a venir a las 8.30 de la noche. Entré con él en el auditorio, porque era la única sala que aún no estaba cerrada. Ambos nos pusimos a hacer nuestras tareas para aprovechar el tiempo y acabamos pronto. Concluidos los deberes nos trasladamos a un centro de conversación y me senté en la esquina del sofá y Dany a mi lado. Nos pusimos a jugar con el móvil , mensajes, chistes, y otras cosas. Conversaba con Dany a través del móvil.

Dany: ¿cuanto falta para que llegue tu mama?

Yo: Dos hora

Dany: Me aburro, no quieres hacer algo.

Yo: que?

De pronto me di cuenta de que había una mano en mi trasero, apretando. Era Dany.

Me miró con su dulce y angelical mirada, se inclinó para besarme y me besó. Sus labios me supieron a gloria, suaves, blandos, húmedos. Yo estaba en el cielo, mientras nos estábamos besando, me incliné más en el sofá, poniendo una pierna sobre sus muslos y él se alargó del todo y me besaba suavemente al principio, metía adentro la lengua y yo la saboreaba como lo mejor del mundo.

Dany estaba encima de mí. Nos separamos un momento para quitarnos las camisas y sentirnos uno al otro. ¡Qué cuerpo el de Dany!, me parecía un dios del Olimpo, era verdaderamente increíble. Su abdomen era un profundo six pack y tenía el cabello cortado al número 1, muy corto. Se le veía también una línea de vello desde el ombligo hasta esconderse en sus pantalones.

Drabbles (Relatos Eróticos/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora