Capítulo 1

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ASHLEY

Me desperté y me dirigí a cepillar mi larga melena pelirroja y a desayunar. Mi madre estaba más contenta de lo normal, ya hacía un año desde que había muerto papá y nunca la había visto tan contenta como ahora. Pensé que sería porque ya lo habia superado pero no tenia ni idea de lo equivocada que estaba.

—Te veo mas feliz de lo normal— sonreí —.Y dudo que sea por principios de vacaciones.

—Tengo una sorpresa para tí.

—¿Para mí? Sabes que odio las sorpresas, ¿qué es?— me moría de la curiosidad, no se qué tenían las sorpresas de bueno.

—Se llama sorpresa por algo, mi vida.

—Las odio por algo, mamá.

—¿No crees que la casa es muy grande para nosotras dos?— acababa de evadir completamente mi pregunta.

—Yo siempre la he visto bien para nosotras dos.

—No, le falta algo— y así fue como desapareció d la cocina dejándome con la palabra en la boca.

Mi madre, al igual que yo, tenía el pelo pelirrojo y los ojos verdes, pero ella tenia el cabello por los hombros y a mí me llegaba por mitad de la espalda.

Cogí una manzana como desayuno y salí de casa, ya había perdido mucho tiempo y si seguía así llegaría tarde.

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Estaba de camino a casa con mi amiga Laya, ella tenía unas gafas redondas a lo Harry Potter, unos ojos marrón oscuro y una melena castaña lisa que le llegaba por la cintura.

—Tengo que irme o mis padres me matarán— se despidió.

—Tranquila mi casa está a una calle— le di una sonrisa significativa y cada una siguió por su lado.

Cuando llegué a casa lo primero que hice fue deshacerme de esas botas de mala muerte, eran muy bonitas pero súper incómodas.

—¡Hija ven a comer!— mi madre salía d trabajar antes que yo por lo que cuando llegaba ya tenia la comida hecha.

—Mamá por culpa de tu sorpresa no he podido concentrarme hoy en clase así que más te vale decírmelo si quieres que mañana el examen me vaya bien— me senté en la mesa esperando la comida.

—No tendrás que preocuparte por eso, antes de mañana estará aquí.

—¿Qué? ¿Quién estará aquí?

—Tu sorpresa— y con eso di por zanjada la conversación y empecé a comer en cuanto tuve el plato delante.

No dejaba de pensar en la puñetera sorpresa, ¿si es una sorpresa para que me lo dice? Nunca entendería las sorpresas, las odiaba, solo servían para estresar y desconcentrar a la gente.

Fui a mi habitación a hacer los deberes mientras esperaba la sorpresa.

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Cuando mi madre me llamó porque mi supuesta sorpresa estaba llegando me puse nerviosa, no se por qué pero me puse nerviosa.

—¿Me vas a decir ya qué coño es?— estaba empezando a perder la paciencia.

—¡Esa boca!— gritó pero sabía que no estaba enfadada y ella sabía que odiaba las sorpresas.

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Después de un rato de estar estudiando en el salón, llamaron al timbre.

Fui a abrir pero mi madre se me había adelantado, cuando salí había un chico alto -me sacaba dos cabezas por lo menos- junto a un coche y una señora con cabello blanco por los hombros y un traje del mismo color, el chico era pelinegro y sus ojos también eran negros, era bastante guapo, todo hay que decirlo, pero yo no tenía ni puta idea de qué estaba haciendo este aquí.

—¡¡Sorpresa!!— a mi madre casi se le salen las lágrimas de la emoción y yo no tenía ni idea de a qué se refería, ¿me había comprado un novio por internet?

—No entiendo nada... ¿Quién es él?— justo en ese momento la señora con cabello blanco y ojos azules habló.

—En cuanto firmes ya será oficialmente tu responsabilidad.

—Sigo sin entender nada...

—Genial, una familia de acogida, lo que me faltaba..,— el chico por fin habló y entró a mi casa seguido de mi madre y la chica de pelo blanco.

Espera... ¿famila de acogida? Mi madre estaba completamente loca si creía que ibamos a tener que convivir con otra persona más.

Familia de acogidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora