❝ Aguas revueltas ❞ ━ NaLu

O2; conociéndote

¿Sabes qué es lo que más me tenía atemorizado? Que todos mis amigos se estaban volviendo verdes, consiguiendo dinero en tan poco tiempo y apenas en la universidad, demonios, ¡yo aún dependía de mis papás!

Lo que más me arrepentí de aquella tarde fue el no hablarte, otra vez mis temores y mi ansiedad se apoderaban de mí, preguntas revoloteaban en mi cabeza.

Sin embargo, ese mismo día en la noche concurrimos en la cafetería ambientada de los 90's en la playa. Pasaste a mi lado, aún oliendo a arena, sal y mar. Fue la primera vez que oí tu voz, ¡y vaya voz!

Reconocí la canción que estabas cantando. "B.A.B.Y" de Carla Thomas, la tarareabas y créeme que fue como oír al cielo. Tú linda y femenina voz inundo todo mi oído, sin embargo noté que te equivocaste en algunas partes y no te importaba.

Siempre la tarareabas Lucy, y te amo cuando cantas aquella canción a pesar de que nunca cantes la letra bien.

Sin embargo, como tú eres la segura y aventada de la relación, te sentaste a mi lado mientras compraste dos malteadas de fresa y vainilla. Una para mí y otra para ti.

—Hola, pelirosa.

Me habías hablado Lucy, me habías hablado y mi corazón explotó de felicidad.

Fue la primera vez que mis temores se alejaron.

—Hola, rubia.

—¿No tienes calor? Digo, traes una chaqueta de mezclilla con lana por dentro.

—Calor es lo que le hace falta a mi vida, rubia. Tal vez por eso siempre voy abrigado.

Y vaya que tú te lo tomaste personal y me brindaste calor de muchas formas.

Mientras que la conversación fluía como tú sólo sabías hacerlo, me di cuenta que eras sólo dos años mayor que yo. No, no estudiabas pero tenías el sueño frustrado de ser surfeadora profesional, bromeando que para eso no había carrera.

A pesar de qué suponía que pasabas muchas horas bajo el sol en la playa, tenías la piel blanca y sonrosada a causa del sol, mientras que mi piel era tostada y yo me la pasaba encerrado en mi casa.

Sí, me habías pasado tu número de teléfono. Cuando te hable estuvimos toda la madrugada sin dejar de chatear, eres tan interesante Lucy.

Inclusive me alargaste la charla para no perder el hilo conmigo, ¿sabías que ese toque tuyo me encanto de sobremanera? Aún recuerdo cuando me platicaste que una vez fuiste la asistente de un mago para fiestas infantiles y que sus trucos eran pésimos, jamás me aburría de tus anécdotas.

Esa noche fue la primera vez que soñé contigo. Fue como si me hubieras hechizado.

Tú siempre fuiste un alma libre; sin dueño y sin destino. Y las emociones que comenzaban a surgir entre nosotros variaban de "¿nos liberaremos del fracaso? O por el contrario... ¿fracasaremos al liberarnos?"