O8; aguas revueltas

33 4 0
                                    

Dama, corres hacia las aguas revueltas.
Lucy, déjame llevarte al lado oscuro, quiero ser tu mano izquierda.
Te amo cuando estás cantando aquella canción, y tengo un nudo en la garganta porque sé que cantarás las palabras mal.

Cuando te vi entre las olas, y cuando te vi corriendo hacia las aguas revueltas, no pude evitar enamorarme. Y ni yo mismo me lo explico, pero daría todo por volver a repetir ese momento.

Ese mismo día, en el cuál fui ingresado al hospital tras mi repentino desmayo, causó un vacío en mi después de que me dieran las noticias despertándome, oyendo los llantos de mis papás atrás de la puerta.

Fui diagnosticado con leucemia, y debido a mi ignorancia de este hecho por tanto tiempo, era leucemia terminal.

Esa fue la primera vez que el mundo se me vino abajo.

Era absurdo, jamás me pude imaginar un hecho peor. Todo, todos mis planes que soñé por tantos años, todos mis ahorros para irme a Hollywood, todo mi esfuerzo se había ido al caño. Cuando mis papás y mi hermano me pasaron a ver, ni siquiera me podían ver bien, jamás, pero jamás, los había visto tan destrozados.

Me iban a ingresar al hospital dentro de dos días, era irónico porque nada más me ingresaban para mi lecho de muerte.

Y yo ni siquiera era capaz de darte las noticias, ni siquiera podía imaginarme a mí haciéndolo, creo que eso es de los muchos problemas de ser un temeroso de mierda. Así que le pedí al hospital que te realizara una llamada para actualizarte acerca de aquella situación.

No pude evitar sentirme culpable cuando llegaste hecha un desastre a las 3am al hospital, con los ojos rojos y los labios partidos, alegando que tuviste que escaparte de tu casa para poder venirme a ver. Implorándome que lo que te habían dicho fuera una mala broma, en ese momento, mi mundo se cayó por segunda vez.

Lloré, lloré abrazado a ti. Lloré a sabiendas que nuestros sueños jamás se cumplirían por mi culpa. Jamás nos iríamos una tarde calurosa con tu carcacha de coche a Hollywood, jamás llegaríamos a un motel barato, jamás me casaría ni formaría una familia contigo.

Jamás llegaría a ser director de cines.

Pero tú si podías llegar hacer muchas cosas, y otro temor se asomaba. Que te quedarás aferrada a mi incluso después de la muerte.

Esa noche, fue la peor noche de toda mi vida.

Pero no iba a estar dispuesto a desperdiciar ni un segundo más a tu lado.

—Lucy. –Mencioné con dolor físico y emocional. —En dos días me ingresan, mañana, estaré todo el día con mis papás, pero permíteme estar contigo todo el día siguiente, por favor. Vayamos a la playa, quiero verte una última vez correr hacia ella.

❝ Aguas revueltas ❞ ━ NaLu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora