Jongin no sabe cuántos años tiene, ni cuánto tiempo estuvo vagando aquí. Solo sabía que tenía a dos buenos amigos que lo visitaban de vez en cuando y que cuando intentaba recordar su origen, todo se volvía muy doloroso.
Ese mismo estado de desasosiego lo embargó una vez más, como una ola de agua que lo ahoga con una fuerza invisible, tirando de él. Respiró pesadamente con esfuerzo, como si sus pulmones ya no fueran suficientes para mantenerlo. En cierto modo, hay algo de verdad en esto. ¿De qué otra manera explicaría su dificultad para respirar, como si el aire le saliera por la nariz?
Mira a Kyungsoo en la cama, todavía durmiendo; el constante subir y bajar de su pecho es un consuelo para aliviar la preocupación de Jongin. Está esperando a que hierva el agua de la olla, cocinando su ahora tradicional comida de ramen. A Kyungsoo le vendría bien beber una sopa caliente después de su improvisada ducha bajo la lluvia.
Y así, cuando Kyungsoo salió corriendo hacia la lluvia, Jongin simplemente lo siguió por preocupación, pero de alguna manera, sabía que era diferente, por la forma en que sus ojos estaban rebosantes de emoción cuando se giró para mirarlo junto a la ventana, corriendo luego, enfocado, sin importarle la fuerte lluvia, con pasos seguros y decididos.
Jongin sintió miedo, tuvo un miedo irracional de que Kyungsoo desapareciera bajo la lluvia de la misma manera en que vino con ella. De tan solo imaginarlo, el corazón le dolía.
Tuvo que levantar su cuerpo inconsciente desde la entrada del bosque, justo antes de que comiencen los árboles, con la preocupación en su corazón extendiéndose por cada vena de su cuerpo, la sangre lo recorría helada por el miedo. Jongin lo llevó cuesta arriba, con cuidado de no resbalar, a pasos lentos pero firmes. Agarró a Kyungsoo con más fuerza contra su pecho. Quería moverse más rápido, llegar más rápido a la cabaña y...
Un destello de él cargando a Kyungsoo usando una capa negra en medio de la nieve apareció.
¿Ya había hecho eso antes?
Jongin parpadeó, aturdido.
La forma en cómo sus brazos sostenían al otro era muy familiar, algo cosquilleaba en su mente, algo...
Miró a Kyungsoo con una rara emoción contenida y lo colocó en la cama, sus ojos se abrían y cerraban, entrando y saliendo de la conciencia. Jongin había desvestido a Kyungsoo, muy parecido a como lo desnudó esa primera noche, deshaciéndolo de su camisa y pantalones mojados, y vistiéndolo con ropa seca y cómoda. El rubor en las mejillas de Jongin todavía estaba presente, las manos temblaban mientras descubría más y más la piel pálida de Kyungsoo, pero su timidez fue superada por su necesidad de ayudar al otro a quitarse la ropa mojada, para mantenerlo caliente y a salvo de resfriarse.
Kyungsoo ha estado durmiendo en la cama desde entonces.
El sol se ha puesto ahora, el cielo exterior es de un azul oscuro como la tinta, miles de estrellas salpican la vasta extensión de plata centelleante. El almuerzo ha pasado con Kyungsoo durmiendo, Jongin comió pan con mermelada, solo, en la mesa. Su apetito por ramen no estaba presente.
Por lo general, Jongin pasaba las tardes con Kyungsoo afuera, rodeándolo con el brazo mientras caminaban lentamente por el claro, haciendo que las piernas de Kyungsoo ejercitaran un poco. La atención que le daba a Jongin era genuina, se notaba en sus ojos y la dulce sonrisa jugando en sus labios. Kyungsoo lo miraba como si fuera el centro de su universo, y Jongin está de acuerdo con eso.
El agua está hirviendo ahora, Jongin tiró los fideos en el agua burbujeante y...
Entonces, escuchó voces afuera de la puerta.
Jongin detuvo todos los movimientos, la ansiedad ahora volvió una vez más. Miró a Kyungsoo, que se estaba despertando en su cama.
Uno, dos, tres golpes fuertes en su puerta.
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Lluvia de verano » KaiSoo
FanfictionKyungsoo, el Guardián de la Fuerza, estaba vinculado al Árbol de la Vida e irremediablemente, su poder estuvo destinado a ser el pilar del resto de elementos otorgados por MAMA. Pronto tuvo la dicha de conocer a su alma gemela, Jongin, el Guardián d...