Un Mal Despertar

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Cuando el dolor se vuelve insoportable hasta un punto donde es mejor abandonar todo, lo único que pensaba era desaparecer, pero la vida era extraña, no sabia si decir que estaba bien o mal el hecho de volver a la vida, pero la vida que iba a tener nunca iba a ser la misma, se había destrozado antes de llegar de vuelta y no tenia ánimos siquiera de volver a vivir. Kaigaku siente diferente, se siente mal pero no como antes quizás esta persona en la que se transformo pueda vivir una vida mas apacible, o eso espera el, quien diría que aquellos sentimientos que nunca quiso reconocer en su anterior vida vuelvan a el de nuevo, cuando creyó que amaba, cuando creyó que temía, quería saber un poco mas que le deparaba el futuro haciendo cosa que nunca se imgio hacer, pero deseaba de igual forma.

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  "Por favor, no, no de nuevo, solo déjame morir, déjame desaparecer de una vez por todas"

  Ese fue su pensamiento en cuanto se dio cuenta que volvía a revivir aquellos momentos, aquel día que renuncio a todo por lo que alguna vez lucho y se esforzó tanto, quizás haya sido menos humillante dejar que aquel siniestro ser lo eliminara y comiera su cuerpo, no se sentía cómodo ni siquiera dejando un cadáver, lo último que deseaba era ver la pena reflejada en el rostro de quienes considero su "familia" hasta cierto punto, porque muy en el fondo le gustaba vivir en la casa de su maestro, estar con él, y muy a su pesar también disfrutaba de la presencia de Zenitsu, aquel rubio llorón de alguna forma le alegraba los días, él era muy malo con el menor cuando este solo se le quería acercar, como se arrepentía de eso ahora, ahora que su vida pasaba frente a sus ojos seguido de las palabras de aquel demonio que oyó justo antes de desvanecerse, había perdido todo y solo por poder, era un hombre sin escrúpulos ni valores, posiblemente caiga al más profundo infierno, no a menos que ya lo esté viviendo.

  "Morir solo, que patético"

  Siempre estuvo solo, no mentira, estuvo bien acompañado solo que no supo valorarlo y lo arruino todo, dejo morir a la persona que lo había educado y dado de comer como un hijo o un abuelo, sembró de odio hacia su persona a la única persona que estuvo perdonándolo de su mal genio todo este tiempo, como le hubiera gustado abrazarlo aunque sea un poco, sin darse cuenta que él también era parte de su felicidad, luego de ver su miserable vida se dio cuenta de que siempre lo quiso, los amaba con toda su alma pero los sentimientos no iban bien con él y creía que a causa de aquellos sentimientos absurdos se haría débil, vaya estupidez. No sentía su cuerpo pero creía que solo era un ente vagando en algún lado, como si estuviera frente a una gran pantalla viéndolo cometer error tras error, al principio creyó que era mejor ya que solo veía su vida sin sentir nada, pero poco a poco medida que pasaba el tiempo, un tiempo indeterminado porque no sabía cuánto paso, si pasaron semanas, meses hasta incluso siglos pero los sentidos volvían, sentía un dolor horrible deslizarse desde el medio de sus ojos hasta los pies, poco a poco se dio cuenta que volvía a tener cuerpo y sentidos, el dolor que traspasa su pecho era horrible mucho peor que volverse un demonio, sentía que se ahogaba en su propia sangre ya que sus órganos parecían estar retorciéndose como si una mano invisible los estrujara desde adentro, pero en ningún momento pudo quitar su vista de las imágenes de su vida.

  Las lágrimas recorrían ya su pecho si tener fin aparente, era horrible, sus gritos ya eran solo quejidos roncos, había estado gritando por mucho tiempo tanto que se quedaba sin voz, pero seguro el karma se encargaba de hacerlo permanecer consciente, si hubiera sido un humano normal hubiese acabado el mismo con su dolor en ese instante, pero no podía, había sido cruel con muchas personas por lo que tenía merecido su castigo. Lloro viendo a su maestro cometiendo suicidio por su culpa, las veces en las que Zenitsu quiso acercársele para entablar conversación o solo estar junto a él, luego lo veía llorar dándole la razón a el sobre lo pérdida de tiempo que era, no quería ver eso, se sentía mal, cada palabra que salía de su boca solo lo hacía sentir peor. Su rostro estaba bañado en lágrimas, la sangre de sus labios, lengua, garganta desgarrada, ahora también sentía unas ganas increíbles de vomitar, estaba cansado solo quería morir, desaparecer sin dejar rastro de su persona, o lo poco que quedaba de ella, estaba destrozado, quería hacer tantas cosas que nunca hizo, si pudiera cambiaria en todo, su cordura estaba abandonando su cuerpo quería ser como Zenitsu o incluso algo peor a él, quería estar tranquilo viviendo en la casa de su maestro comiendo duraznos a las tardes, no tenía ganas de entrar al Cuerpo de Cazadores de Demonios, ni siquiera le interesaba el poder solo quería que ese calvario terminara.

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