La noche había llegado, la castaña ya había tomado sus cosas para ir a la casa de la pelirroja, anteriormente ya había pedido permiso para quedarse en la casa de su compañera. Alicia esperaba a Raquel en la puerta, era algo impaciente por lo que le gritaba a Raquel cada 10 segundos que se diera prisa.
Alicia: - ¡RAQUEL, VÁMONOS YA!
Raquel bajo, miró de mala gana a su compañera. - Joder Alicia, que paciencia tan más mierda tienes
Alicia: - La tengo, ahora vámonos antes de que me abrume más.
Las dos chicas salieron y se fueron a la casa de la pelirroja, encuanto entraron no tardó ni un segundo la pelirroja de tomar a Raquel de la mano y subir corriendo.
Raquel: - Alicia jodeeer, no te van a matar por traerme aquí
Alicia soltó una risa, dejo la pequeña maleta de Raquel en el closet.
Raquel se recostó en la cama de Alicia. - ¿Dónde dormirás?
Alicia: Pues en mi cama, te pondré unas cobijas en el suelo para que estés cómoda
Raquel soltó una risa negando
Alicia comenzó a poner varias cobijas en el suelo, Raquel rápidamente se levantó y miró a Alicia mientras negaba. - Estarás de coña, no, no voy a dormir en el piso como perro
Alicia: - Como perro dices...Raquel hasta mi perrita Bala duerme en cama
Raquel: Entonces hasta la perra dormirá mejor que yo...
Alicia asintió mientras acomodaba las cobijas en el suelo. Zulema entró al cuarto, miró a Alicia y Raquel, soltó una risa. - Alicia, no me jodas, sabes que no...
Alicia: - Zulema, ya esta aquí, déjala
Zulema: - Yo no tengo ningún puto problema, pero sabes que te mataran si enteran que metiste a Raquel
Raquel: - ¿Quiénes?...
Alicia: Nuestros padres...pero ya estas aquí, no dirán nada, eres mi amiga y te quedas.
Raquel: - ¿Entonces si puedo dormir en la cama? ahora que dices que soy tu amiga..
Alicia: - No. - Cerro la puerta con pestillo.
La pelinegra soltó una risa mientras apagaba la lámpara, se recostó, sacó su celular y miró sus redes.
Raquel miró a Alicia con una sonrisa juguetona. - ¿Jugamos?
Alicia: - ¿Tienes 5 años?
Raquel: - Puede ser... Anda Alicia, vamos a jugar a las preguntas
Alicia: - Qué juego más mierda. - Se quito la coleta dejando su hermosa cabellera un poco despeinada.
Raquel miró unos segundos a Alicia apreciando la belleza de su compañera, la luz que entraba por la ventana hacia que se pudiera ver a la hermosa chica pelirroja.
Alicia: - ¿Vas a empezar con las preguntas?...
Raquel reaccionó y asintió. - ¿Tienes novio?...
Alicia: No, no tengo... Esperame un poco...voy a darme un baño...
Raquel solamente asintió.
La pelirroja tomó su pijama, entró al baño y cerró la puerta, hizo la rutina y después de un rato salió, se secaba el cabello con una toalla. Raquel miró a su compañera, se veía tan hermosa, con su cabello mojado, sin nada de maquillaje que hacía que se le vieran mucho más las hermosas pecas que esta poseía, no decía ni una sola palabra, solo contemplaba la belleza de la pelirroja.
Alicia: - ¿Te quieres dar un baño?...
Raquel se levantó, abrió el closet, se agachó y abrió su maleta, tomó su ropa interior, pijama y cosas de aseo, se metió al baño haciendo su rutina, salió y dejó todo en su maleta. Alicia ya estaba recostada y tapada en su cama muy cómodamente, no tenía ni la mínima intención de hacerle un espacio a la castaña para que durmiera con ella.
Raquel: - Alicia, dejate de coña, anda dame espacio...
Alicia:-¿Cuál coña Raquel?...ya te dije que dormirás ahí, ya te puse la cobija...
Raquel: - ¡Alicia, que me hagas espacio!, no dormiré en el puto suelo...
Alicia: - ¡Ya te dije que no Raquel!...
Zulema: - ¡DEJEN DE GRITAR DE UNA PUTA VEZ LAS DOS, QUÉ LAS SACÓ A PATADAS DEL PUTO CUARTO!...
Alicia rápidamente le hizo un espacio a Raquel, la castaña se recostó al lado de su compañera. Alicia no dijo ni una sola palabra, solamente se limitaba a ver al techo, a su lado, la castaña miraba a Alicia, contemplaba las hermosas pecas que tenía la pelirroja. Alicia miró a Raquel y levantó una ceja.
Alicia: - ¿Qué miras?...
Raquel: - No terminamos el juego...
Alicia: - Pues dale...sigamos.
Raquel: - ¿Te gusta alguien?...
Alicia: - No, la verdad es que no...
Raquel: - Debería haber un chico que te llame la atención
Zulema: - Le llaman muchas cosas la atención y chicos no son
Alicia: - ¡Zulema!
La pelinegra soltó una carcajada mientras que la castaña miró a Alicia con una sonrisa de oreja a oreja.
Raquel: Te gustan las mujeres, eh?...
Alicia: - Qué va, no que no, no me van. - Entre más mencionaba el tema se ponía nerviosa y eso le molestaba.
Raquel: - Tranquila, no hacía falta que te pudieras así de nerviosa, solo fue una pregunta.
Alicia: - Pues vale, a dormir que es tarde.
Raquel soltó una risa mientras veía al techo, no sabía que decirle a su compañera, era extraño, no se imagino que la persona que llegó a detestar ahora era una buena amiga. Por otro lado la pelirroja miraba al techo con una cara de enfado, le molesto demasiado aquella pregunta. Horas después las dos chicas pudieron dormir.
A la mañana Raquel se despertó por unos fuertes gritos, se volteó y no sintió a la pelirroja, se levanto mientras frotaba sus ojos y bostezo levemente; al darse vuelta y ver que la pelinegra tampoco estaba salió del cuarto y bajó un poco las escaleras, pero no lo suficiente para que pudieran verle. Ahí estaban los padres de las dos gemelas discutiendo con Alicia.La castaña miró a Alicia un tanto confundida, la pelirroja mirando hacia arriba suspirando cruzó miradas con Raquel, a lo que suspiro y subió rápidamente abandonando la pelea.
Alicia: - Buenos días...
Raquel: - Buen día...tuviste problemas porque me quedé, cierto?
Alicia: No, fue por otra cosa. - dicho esto, Alicia tomó de la mano a Raquel y la llevó al cuarto.
Raquel: Ali, si te causó problemas me voy, anda que se ven bastante cabreados...
Alicia: - No, quedate por favor, te necesito aquí, tan solo quédate.
La castaña sintió una sensación en el estómago que le hizo sonreír, lo que le había dicho la pelirroja le había hecho feliz de una forma que ni ella podía describir, la miró y soltó una sonrisa. - Vale Ali, me quedo.
Alicia sonrió, le dio un fuerte abrazo a su compañera. Las dos chicas tuvieron ese día para ellas, no se cansaban de la presencia de la otra, al contrario, entre más pasaba el tiempo más querían estar juntas.