El detective Knov, después de muchas, pero muchas horas de desvelo, tenían una pista. Hisoka había dejado una caja de seguridad en el banco, una caja a nombre de Biscuit. Por lo que nadie, ni la mujer sabía. En ella había una gran cantidad de dinero y una nota para la mujer, indicando que ese dinero era para ese hijo que ella esperaba y que en el futuro no le rebelara jamás el nombre de su progenitor, porque él no estaba interesado en ser padre de nadie, varios documentos de sus numerosas inversiones, una foto de su estadía en el orfanato, donde él y su hermano habían crecido, le llamó la atención al detective y a todos que ese hermano fuera Kuroro Lucifer, un conocido charlatán y estafador de poca monta. Y también el hombre que había terminado convirtiéndose en amante del padre del niño secuestrado. Pero sin duda la más curioso era que Hisoka tenía una pequeña medalla, con un grabado muy especial, era una medalla que antiguamente era entregada a los recién nacidos del clan Kuruta, tradición que se había perdido con la masacre de aquella ilustre familia, hacía más de doce años.
Esa tarde Kurapika estaba solo en casa, Leorio estaba en la delegación policial, su prima Sinritsu había ido a dejar a Killua a casa de los Zoldyck, para que jugara con Alluka, cuando Kuroro entró en su casa.
- ¿Qué hace aquí? –
- Quería saber cómo estas –
- Estoy bien, pero lo mejor es no volver a verlo –
- Es ¿Por qué nos acostamos? –
- Estoy casado, espero un bebé de mi esposo – responde el rubio – Lo que pasó esa noche fue un error, uno que no volveré a cometer –
- No te engañes, Kurapika. No fue un error –
- Claro que sí, porque yo amo a mi esposo –
- ¿Y él te ama? –
- Claro que sí – responde sin ninguna duda Kurapika
- Él es amante de esa mujer doctora –
- Leorio dice que no es verdad, que, si tuvo una aventura, fue hace mucho y fue con otra mujer. Pero eso ya acabó –
- ¿Y tú le crees? –
- Sí –
- Eres tan ingenuo – dice el falso adivino – Pero sé que yo te gusto, por algo pasó eso entre nosotros – y acercándose al rubio – Lo sentí en tus besos, entre nosotros hay química –
- Entre nosotros no hay nada – responde Kurapika alejándose de Kuroro
- Me niego a creerte, lo veo en tus ojos, yo no te soy indiferente –
- Kuroro, yo estoy pasando un mal momento en mi vida, mi hijo está desaparecido, veo a diario a Killua y a Leorio sufrir, tome una mala decisión. Eso es todo. Lamento que te hayas formado una idea equivocada –
- ¿Idea equivocada? – dice el hombre sin entender al rubio – Nos acostamos, te entregaste a mí voluntariamente –
- Lo sé, pero eso no se repetirá –
En ese momento Kuroro terminó perdiendo el control y de su abrigo sacó un extraño cuchillo, lo cual alteró a Kurapika.
- ¡Calma! No me lastimes, espero un bebé – dice el rubio muy asustado
- Sabes perfectamente que no te haría daño –
- ¿Y el cuchillo? –
- Lo mataré a él y podremos irnos juntos – y con una mirada desquiciada – Ya verás que tú y yo, seremos muy felices una vez que des a luz y dejemos al crio en alguna parte –
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Nuestro Amor
FanfictionLeorio y Kurapika llevan doce años de matrimonio, son felices y tienen dos hijos, Gon y Killua de casi doce años, pero toda su felicidad se desmorona cuando un día uno de sus hijos desaparece. La familia se desespera y pronto surgirán los conflictos...