CAOS

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CAPÍTULO 17

CAOS

La mañana había llegado y Haru daba batalla en la sala. Estaba decidida a no moverse hasta ver a su mami. Hace 3 días después de la escuela se había esfumado sin decirle nada y los chicos solo le decían que estaba con el jefe.

Cruzada de brazos y sentada en el sillón individual de la sala, Haru esperaba impaciente.

—Deja de hacer berrinche y ve a la escuela. Se te hará tarde – ordenó Himura depositando un beso en la negra cabellera.

—No, quiero que mami me lleve a la escuela.

—Haru, eso no se va a poder...

—¡¿POR QUÉ NO?! – gritó un tanto desesperada por la falta de respuesta ante su petición.

—No grites. ¡Compórtate! – exclamó Himura elevando un poco más la voz. —Takato está enfermo, tiene gripe, así que no podrás verlo en dos semanas hasta que estemos seguros de que está curado.

—Eso es mucho tiempo. ¡Papi me estás mintiendo, mami estaba bien! – señaló poniéndose de pie y caminando hacia Himura.

Este se estaba impacientando con la actitud desafiante de Haru, en el pasado la niña se habría conformado con esa respuesta, pero ahora que era más grande no la podía convencer tan fácilmente.

—Escucha bien Haru, vas a tomar tu mochila, te subirás al carro y dejarás que te lleven a la escuela ¡ahora!

—¡QUE NO!

—¡HARU!, ¡NO PIENSO DISCUTIR CONTIGO, LO HARÁS Y PUNTO! – dijo tomando a la niña en brazos para entre pataleos meterla en el carro.

Los hombres del Clan habían presenciado la escena, misma que los tomó por sorpresa pues jamás su jefe le había levantado la voz a la pequeña.

Apenas le pusieron el cinturón, comenzó a llorar desconsolada frotando sus ojitos con sus pequeñas manitas. Ni su mami ni Ramiro estaban con ella aumentando así su ansiedad e inseguridad.

—¡Eres malo, no te quiero! – balbuceaba dolida por el regaño y por no haber podido ver a quien tanto quería.

Himura sintió una punzada en el pecho cuando esas palabras salieron de la boca de su hija, pero al final no le dio tanta importancia. Para él solo era una niña haciendo mohines por no tener lo que quería.

Se inclinó dándole un último beso y agregó:

—Pues yo te amo mucho. No quiero que mi hija sea una niña tonta. Así que deja de llorar y aprende muchas cosas hoy.

Así sin más cerró la puerta y observó como el auto se alejaba. No estaba de humor para lidiar con los berrinches de la pequeña, por lo que volvió adentro con prisa. Tenía muchas más cosas que atender como para entretenerse en nimiedades.

En cuanto entró a la oficina comenzó a delegar trabajo.

—Hashiba márcale a Kirito, necesitamos nos otorgue unos permisos para transportar la mercancía que viene de Tailandia.

Sin embargo, la respuesta de Hashiba no llegó a sus oídos, extrañado por eso dirigió la vista hacia este, quien a su vez miraba la televisión con los ojos desorbitados. El canal mostrado era el noticiero matutino ANN, y abarcando toda la pantalla, se encontraba el rostro del Embajador Kirito.

"Buena mañana tengan todos ustedes. Hace unos días recibimos información valiosa con respecto a los tratos sucios en los que el aún Embajador Kirito ha tenido participación desde que asumió el cargo. Nuestro equipo de reporteros se dio a la tarea de investigar la verdad y lo que encontraron fue toda una red de corrupción entretejida desde los rangos más altos de nuestro país."

CAGEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora