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-¡Harry! Es Domingo. ¿No se supone que tienes que ir a entrenar?- le avisó su madre desde las escaleras.

-Que pereza...- se tapó hasta las orejas, hasta que recordó la tarde anterior.- Que rabia, no quiero que me entrene un niño, si hasta es más bajo que yo.

Decidió borrar de su mente la impotencia, se vistió y recogió su bolsa.

Bajó rápido todas las escaleras, con cuidado de no caerse. Otra vez.

La pista de atletismo quedaba a unos 700 metros de su casa, así que no tenía necesidad de ir en coche o bus. Salió por la puerta de casa despidiéndose con un pequeño "te quiero" y comenzó a andar por la avenida.

El frío de otoño ya había llegado, y la brisa de verano que Harry recordaba se había esfumado por completo. Una pena.

- Hey.- una voz le sorprendió por atrás.

Louis se acercaba a zancada larga, así que el rizado esperó por el.

-¿Soy yo o estás aún más bajito que ayer?- pregunto Harry entre risas.

El recién llegado ojiazul se puso colorado.

-Erm...ayer tenía plataforma.

Harry explotó en risas. Haciendo que su entrenador se arrepintiera de haberle contado su secreto.

-Vamos, no seas estúpido. - le regañó Louis,agarrándolo de la chaqueta y tirando de el hacia la entrada de la pista.

Harry realizó su rutina de calentamiento sin prestarle atención a Louis. O al menos sin prestarle atención visual.

-Vale rulitos. Ahora...

-Sé lo que tengo que hacer.

-Harry, si no me haces caso

-¿Qué? Me encerrarás en tu habitación y torturarás hasta la muerte.

-Eso es macabro... pero di fuera así no te torturaría.-dijo Lou pícaro.

Silencio. Un silencio que hizo a Harry darse cuenta de a lo que se refería su entrenador.

Él rodó sus verdes ojos y se colocó en línea de salida.

-Esta bien— Lou comenzó a imitar la voz de un periodista— El atleta Harry Edward Styles se prepara para los 100 metros lisos. ¿Superará su récord de 10 segundos 34 décimas?

-Como no apures en hacer la presentación pues no, que me duermo.- reprochó sarcástico Harry.

-"A sus puestos"

El rizado colocó sus manos al borde de la línea.

-"Listos"

Levanta la cadera.

-"¡Va!"

Harry salió como rayo, con la motivación de que Louis estaba cronometrando.

El chico amaba correr, además de fortalecer sus piernas le hacía sentir libre, bien con si mismo. El Harry de siempre no tenía nada que ver con el Harry cuándo corría. Toda la rabia se desvanecía, y solo tenía 2 propósitos. Sentir la brisa en el pelo y llegar a meta.

Y esta vez cumplió los dos propósitos, así que su atleta interior estaba orgulloso.

-¡DIEZ SEGUNDOS SIETE MILÉSIMAS! ¡El récord mundial está en nueve segundos ocho milésimas! Si entrenamos un poco más puede que llegues a podium MUNDIAL.- Louis parecía orgulloso y asombrado al mismo tiempo.

-Si es que soy el mejor, dentro de poco supero hasta a Usain Bolt y todo.- respondió Harry, pavoneándose.

Louis le puso la mano en el pelo y la sacudió. Como si de un perro se tratara.

Mariposas.

-Que lindo.- añadió en voz baja Louis.

En respuesta, Harry puso una cara de asombro y pregunta.

-Tu pelo, es muy lindo.- sonrió.

Y esas mariposas vuelven. ¿Que me pasa?

- Anda no seas pegajoso, que estoy sudado.- una pequeña risa tonta se escapó por sus rosados labios.- y hay gente en las gradas, van a pensar que somos... algo.

-No seas bobo, la gente no piensa esas cosas solo por que te toque el pelo.

-Pues hazlo otra vez.- sonrió levemente Harry.

-¿El qué?

-Dime que mi pelo es lindo.

Louis hizo silencio, extrañado.

-Eso te lo tienes que ganar, si tanto te gusta. Venga, a la línea de salida.- se dio cuenta de que tenía a Harry comiendo de se mano en ese momento

-Que decepción.- bromeó el ojiverde, colocándose de nuevo en el parqué.

Atleta - L&HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora