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" 911. ¿Cual es su emergencia?"

La puerta se abre de golpe tirando a Harry al suelo, el teléfono cae con el.

" Disculpe, ¿Podría repetirlo? ¿Necesita ayuda urgente?"

Harry corrió hacia el fondo de la habitación. El hombre que había entrado a casa era el ex de Louis. Y iba armado.

-¿Que coño quieres de mi?— Harry estaba llorando.

-Quiero ver como sufres, espero no te moleste que el semen de tu nuevo novio se mezcle con el mío en tu pequeño trasero.— Ese hombre era la persona con menos corazón que Harry había conocido nunca.

-¡Desgraciado! ¡Muérete!—Harry gritaba desconsolado.

Louis apareció en la puerta, con la frente llena de sangre y navaja en mano.

-Lou...— el ojiverde estaba a punto de desmayarse.— ¡Lou vete! ¡Te disparará!

- ¿Y?— Louis se abalanzó sobre Milan. Haciendo que este cayera al suelo.

-¡Ni se te ocurra matarlo! ¡Te meterán en la cárcel!— Harry se preocupó.

Milan consiguió quitarse a Louis, arrebatándole la navaja.

-Ahora estáis los dos listos para mi. ¿Que tal si empezamos por ti Louis? Recuerdo que te encantaba.— dijo, mácabro.

El hombre agarró a Louis por el cuello. Y comenzó a quitarle la camiseta.

Harry se levantó con sigilo. Temiendo por la salud de Lou. Asombrosamente, Milan estaba tan concentrado en Louis que no se percató de que el rizado estaba ya en la puerta. Recogió el teléfono en silencio y se quedó callado. Deseando no ver lo que estaba pasando.

-12 Willow Street. Necesitamos ayuda.—susurró,tratando de no llamar la atención del agresor.

De repente silencio por parte del rubio. Milan se había dado cuenta. Así que soltó un segundo a Louis para ir a volver a meter a Harry a la habitación.

El momento perfecto.

Louis corrió hacia la salida, medio desnudo.

Ahora que los dos estaban fuera, cerraron con fuerza la puerta y tiraron hacia ellos.

-¡¿Harry, que pretendes hacer!? ¡La llave está en la mesilla,no podemos aguantar así!— gritó Lou, sangrando todavía más.

Harry sacó una llave de su bolsillo.

-Soy ágil,¿ sabías ?

Cerró la puerta con rapidez.

Los dos cayeron al suelo. Con ganas de vomitar y de quedarse inconscientes.

-La... - Harry no podía casi ni hablar- la policía está en camino.

Se miraron, desesperados. Louis estaría al borde de la muerte si no dejaba de sangrar. Pero decidió ignorar ese hecho y se tiró encima de Harry.

Ese era el segundo beso de la noche. Pero este era todavía más especial. Porque este era un beso de necesidad, un beso para saber que estaban seguros. No del todo, pero se tenían entre ellos.

Se separaron necesitados de aire, sin fuerzas ni para respirar. Lo único que podían hacer era...

Desmayarse.

——

Louis despertó en una camilla.

-¿Que pasó? Donde...¿ Donde esta mi rulitos ?— Louis todavía seguía medio inconsciente.

-Tu "rulitos" está bien, solo ha sufrido un ataque de ansiedad derivado a perdida de consciencia. Está esperándote.— le informó una doctora.

-¿Y yo?

-Tu has perdido mucha sangre. Hubo momentos en los que creíamos que no lo ibas a lograr. Pero tu amigo Harry se ofreció a donarte parte de la suya.

Louis sonrió. Aunque estaba preocupado, esa sangre le sería de gran ayuda a Harry en la competición.

-Por cierto, me pidieron informarte que tu agresor está en juicio. Se han hecho analíticas y si tú confirmas que te agredió seguramente vaya directo a prisión.— la doctora estaba siendo muy amable— lo siento por lo que pasó.

Pocas horas después Louis salió del hospital. Todavía un poco mareado.

-¡Louis! — Harry le abrazó como si fuera la primera vez que lo veía en años.— Creí... creí que no lo lograrías.

Harry lloraba.

-No llores peque. Está todo bien. Si no fuera por ti estaríamos en mi casa probablemente muertos. - Louis posó sus labios en los de Harry.

Besitos cortitos era lo que más necesitaba Harry en ese momento. Y los consiguió por parte de Lou.

-¿Vamos a entrenar? Sé que eso te libera un poco.— preguntó Lou.

Harry asintió y levantó una mano para parar un taxi que justo pasaba por allí.

——

Era la primera vez que Harry veía esa pista tan llena. Había muchos atletas que parecían muy profesionales. Algunos de ellos miraban a Harry con asombro, sabiendo que era uno de los mejores del país.

-Oye, no sé si seré el mejor hoy. Estoy un poco tocado por todo lo que pasó ayer noche.— admitió Harry.

Louis le dio una palmada en la espalda en modo de apoyo. Y le mandó comenzar sus estiramientos.

Minutos más tarde Harry estaba listo para empezar. Dio algunas vueltas a trote por toda la pista y se puso los clavos*

*zapatillas con clavos en la suela que ayudan al atleta a tener agarre y rapidez en la pista.

-Rulos, 100 metros. Recuerda que eres el mejor y olvida todo lo ocurrido. Está es tu forma de superarlo.— lo animó Lou.

Harry asintió y se colocó en la línea. Dió al impresión de que todo el mundo en la pista dejó sus tareas solo para verlo correr.

El rizado se imaginó los aplausos de la gente animándole.

A sus puestos.

Colocó bien las manos, para que no tocaran la línea.

Listos.

Levanta caderas.

¡Ya!

Salió ágilmente. Y todos esos recuerdos de ayer que lo atormentaban se desvanecieron en el aire. Nada importaba. Solamente importaba la meta.

La mirada se nublaba, ya no sabía en que momento acabar. Notaba las caras asombradas de la gente observándolo. Casa vez tenía menos fuerzas, no iba a conseguir acabar.

Pero recordó la cara de miedo de su madre al darse cuenta de que estaban perdidos, las lagrimas de su hermana cuando ya no sabía que hacer. Y la amabilidad de Louis.

Llegó a meta, cayó al suelo y comenzó a reír como un loco.

-¡HARRY! ¡RÉCORD NACIONAL!

Atleta - L&HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora