¿Creyeron que ya me había olvidado de esto? No, cada cosa tiene turno, sin más que lo disfruten.
Aquí Krypton era una comunidad diminuta que fue destruida cuando se desintegró Yugoslavia en 1991, actual Croacia y Eslovenia.
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El funeral da inicio en cuanto estamos todos sentados. Kara era ferviente creyente de un culto familiar, una vieja tradición que pasó de generación en generación, hasta Clark y ella cómo últimos miembros de su familia, por lo tanto es él quien empieza la ceremonia.
-Queridos amigos y familia, sé que quizá esperaban a un sacerdote aquí, pero deben saber que el dios en que creíamos Kara y yo no era convencional- explica abrumado sacando unas tarjetas de su saco-. Kara Danvers era una gran mujer, ejemplar ciudadana, madre y esposa. No tengo palabras para describir el excelente ser humano que era y la gran inspiración que ella fue para mí. Cuando las comunidades de Krypton fueron destruidas por aquella guerra civil, los miembros de nuestra familia se dispersaron por el mundo, pero siempre estuvimos juntos a través de Rao. Los matrimonios y el tiempo enterraron nuestro linaje y si no hubiera sido por esas parejas norteamericanas que adoptaron a sus últimos hijos nos habríamos perdido para siempre en el devenir de la historia- se interrumpe un momento ajustando sus lentes, aunque puedo darme cuenta de que intenta limpiar sus lágrimas disimuladamente-. Ella trató de mantener vivas nuestras creencias y me buscó años después, convirtiéndonos nuevamente en una familia. Kara, la luz de Rao te iluminará eternamente, vivirá en los que te recordamos y continuará a través de tu hijo, El Mayarah, Kara Zor-El Danvers, última hija de Krypton- culmina Clark, él junto a Luke hacen un pequeño rito con velas rojas mientras él habla en su lengua natal indicándole a mi hijo que hacer y que decir.
Llegué a saber todo sobre su dios Rao, su mitología y ritos, para mi esposa era muy importante mantener vivas éstas creencias, le enseñó a Luke lo que sabía, aunque claro aún faltaba un largo camino. Después de un rato Clark se voltea y extiende su mano hacia mi, claro, me toca.
Me pongo de pie y él me da una vela roja, debo caminar hasta estar a su lado y sostener una vela sobre su corazón hasta que se extinga con un suspiro de mi pecho, por supuesto, esto puede durar lo que yo considere adecuado. Hago el rito pronunciando "Te amo" en su lengua natal en voz baja sin parar.
¿Qué le dices a un amor que no volverá? ¿Cómo le explicas a tu corazón que su más grande anhelo se irá? El dolor se atora en mi pecho, mis manos apenas puede sostener la vela. Se supone que siempre estaríamos juntas.
No sé cuánto tiempo permanezco aquí de pie, tampoco me importa la cera caliente que escurre por mis dedos y manchan su blanco traje, es tan hermosa aún aquí, así, me hubiera gustado estar siempre a su lado, envejecer con ella; finalmente dejo salir un profundo suspiro que apaga la vela, sintiendo mi corazón más ligero.
Clark que paciente esperó, me ayuda a incorporarme quitándome la vela, después todos tratan de recitar una pequeña oración dando por terminada la ceremonia. Con los ritos funerariaros terminados la gente comienza a levantarse e irse, sin embargo, se quedan los más cercanos a la familia.
-Lena, sabes que cuentas con nosotros- me dice mi cuñada Lana.
-Gracias, lamento no darte la bienvenida, todo ha sido.
-Lo imagino- dice de pronto-. Oye, Lex y yo hablamos y creemos que lo mejor es retrasar nuestra boda. Queremos que estés ahí, que sea una fiesta donde celebremos nuestra dicha y es más que obvio que nadie se siente dichoso en estos momentos.
-Gracias yo- antes de terminar lo que voy a decir soy abrazada por un hombre, en un acercamiento sofocante.
-Lena, Lena, mi más sentido pésame- no devuelvo el abrazo, pero a él no parece importarle, por lo que sigue repartiendo incómodas caricias por mi espalda.
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Pesadilla postmortem: Caso Danvers.
Mystery / ThrillerMi linda y dulce Kara, si tan solo estuvieras aquí para protegernos, si tan solo vivieras. Si tan solo hubieras adivinado lo que pasaría, la pesadilla que nos persiguiría después de tu muerte, nos dejaste, a mi y a nuestro hijo. Ojalá vivieras y no...