Bueno pues el jueves de esa semana resultó que hubo huelga de tren, y ya sabes lo que esto supone...Después de una hora esperando la entrada del tren en Atocha, éramos "tropecientos", para un tren en el cual, desde luego no cabíamos. Total, que hace su aparición el tren afortunadamente estaba en segunda fila y logré entrar. Ahora a cambio de que, porque comenzó el caos en las filas posteriores desde donde empezaron a empujar y a empujar, intentando entrar el mayor número de gente posible.
Pues cuando se cierran las puertas, me encuentro con la respiración de un señor sobre mi cabeza, la axila de otra persona en mi cara y la espalda de una chica apoyada en mi costado. Figúrate el nivel de agobio que tenía encima, cuando noto en mi espalda unos golpecitos...
- Rubia, oye Rubia
- Ay! De verdad que lo siento si te he pisado, o empujado, o que se yo. Pero te aseguro que no me puedo mover
- Jajajajaja...Luisita que soy Amelia
¡¿Amelia?!, y recuerda mi nombre...
- ¿Amelia?
- Claro, tu compañera de vagón. Dame tu mano que aquí vas a estar mejor.
En ese momento note pasar una mano suavemente por detrás mía a través de mi cintura, la agarré y me deje guiar. Y allí estaba ella de nuevo con su sonrisa, a pesar del calor, del agobio, o de que el espacio personal estuviera sobre valorado.
- Hola Rubia, ¿qué tal?
- Bueno pues ahora un poquito mejor...quiero decir que...bueno que tener un sobaco en mi cara pues no es agradable ...
La vi partirse de la risa, y te aseguro que haría el ridículo con tal de oírla. Es verdad que antes te he contado que la vi y ¡flash!... Pues claro una que quiere adornar la historia y pone florituras, pero no. Es cierto que pensé que chica más guapa y me ponía un poco nerviosa, pero nada que me sorprendiera dada mi timidez. Pero la primera vez que la escuche reír, se me instaló en el pecho la necesidad de provocar ese sonido de nuevo.
- Bueno te vi entrar e intente llamar tu atención, pero bastante tenias con sobrevivir
- Anda, que estabas aburrida
- Jajaja bueno que no tenía a quién perturbar su lectura con mi teléfono, y claro eso lo hace menos divertido.
- Ah mírala a ella, que no tenía a quien contarle sus ligues
- ¿Entonces oíste la conversación? – me dijo con una mirada cardad de picardía.
- Eh...no...bueno, a ver...quizás algo... - menuda pillada, que vergüenza
- Jajaja...a ver que algo intuí porque o eres una prodigiosa, o nadie lee tan rápido que menuda forma de pasar las hojas hija.
- A maravilloso, vamos que como detective me muero de hambre, ¿no?
- Pues un poquito sí jaja. Pero vamos, que yo te cuento lo que tu quieras.
En ese momento noté como subía todo el rubor a mi cara y agache la cabeza para intentar disimularlo, aunque claro viendo mis habilidades para no ser descubierta lo mismo no lo conseguí.
- Aunque bueno...Va tener que ser otro día porque esta es mi parada.
- Claro, te buscaré a la entrada – Conteste con una sonrisa innata
Me hizo su característico guiño y la vi abrirse hueco hacia la salida.
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- Entonces esa es la segunda vez que la viste, pero Luisi, sigo sin entender que me cuentes esto...Pero entonces, ¿te gusta ...?. Y Sebastián, quiero decir sé que me dijiste que me tenias que contar sobre él, ¿es por lo de esta chica?.
- No, no es por lo de Amelia
- Lo mismo hoy estoy medio torpe, pero me escribes que cuando regrese me tienes que contar de Sebas, que no estáis bien. Ahora me vienes con que te gusta una tía que conoces en un tren, y solo has intercambiado 3 frases...
- Marina, te estas adelantando...Lo primero que no he acabado de contarte lo de Amelia. Y como me pueda sentir ahora, no es como me sentía en ese momento.
- Y que sentías en ese momento
- Pues me sentía libre de sentir. No te voy a negar que los días anteriores entraba en el vagón, y hacia una rueda de reconocimiento a ver si la veía. Y tampoco te voy a negar, que cuando supe que ella también miraba hacia la puerta en mi estación, pues me gustó.
- Ay Luisi cariño, siento si estoy sonando un poco bruta. Porque me encanta el brillo con el que me lo cuentas pero, porque no me cuentas lo de Sebas. Porque la última vez que os vi, si me dicen que os vais a casar al mes siguiente no me parecería ninguna locura.
- Lo se, pues a ver...
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Saben de ti
RomanceBastan 3 segundos para romper tus esquemas?, basta un encuentro fortuito para sentir algo? No lo sé, lo descubrimos? Una mirada en un vagón puede hacer que tu mundo cambie por unos segundos, por unos minutos o quizás para siempre.