10. PORTAL

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Entramos dentro del portal y note sus brazos rodeándome por detrás de mi espalda, no pude evitar echar mi cabeza hacia atrás y apoyarla en su hombro. Cuando noté su boca morder mi cuello perdí el norte, me gire y la empuje contra los buzones, y me lancé a su boca, con hambre de ella. Olvidé dónde estábamos, pero la luz del portal no dejaba de apagarse y encenderse, con cada uno de nuestros movimientos. Me separé un segundo de su boca y miré hacia la izquierda, donde vi unas escaleras que bajaban a lo que supongo sería un cuarto de contadores, o cualquier cosa que en ese momento me interesaba entre cero y nada.

Ella me observaba mordiéndose los labios y me susurro...

-Me parece una gran idea

Tiró de mí hacia esa zona, prohibida, oscura. Noté como sus manos se metían por debajo de mi camiseta y de forma muy suave subían hacia el comienzo de mi sujetador, rozó muy suavemente la línea horizontal que separaba mi piel de el, y yo solo cerraba los ojos deseando que no acabara pero con necesidad de más. Como si leyera mi mente separó mis piernas con la suya y apretó mi sexo. Yo perdí la verticalidad, y solo podía agarrarme a su cuello con ambas manos y respirar su aliento.

Volvió a bajar despacio por el lateral de mi cintura, marcando con su pulgar mas presión por mi abdomen, hasta que llegó a la línea de mi pantalón deslizando ambas manos hacia el centro, me miró, lo sé, a pesar de tener los ojos cerrados, se que me miró, y pude sentir como mordía su sonrisa y me desabrocho el pantalón suavemente para introducir su mano.

En ese momento se encendió la luz del portal y me separé de golpe, apoyándome en la pared de enfrente, y vi en sus ojos dudas. Pero yo no podía parar de abrocharme y colocarme la ropa y el pelo, y ella solo me miraba, como preguntándose qué ocurría.

La persona que había bajado salió sin tan siquiera percatarse de que estábamos allí, yo estaba con la cabeza agachada hasta que se apagó la luz

- Estoooo, Amelia yo me voy a ir

- Pero hice algo que te haya molestado, perdóname de verdad.

- Que no, que no, que no es eso

- Entonces, ¿qué es? Cuéntamelo cariño.- Cuando escuche "cariño" levanté mi mirada cubierta de lagrimas

- Pues no lo se, de verdad que no se que me pasa

Ella se acercó a mi y me agarró de las manos

- Tranquila, ¿si?. ¿Te apetece que nos vayamos a tomar una caña o algo?

- Amelia...Lo siento mucho, de verdad, pero me apetece irme a casa.

- Bueno como quieras – Me dijo mientras se alejaba de mi con la mirada agachada

Yo me acerque a ella y le deje un beso en la mejilla y me marché

- Pero vamos a ver Luisi...¿Tu eres imbécil o que narices te pasa?

- Joder Marina

- No es que me cuentas...Estabas totalmente entregada, que también te digo que con menos información también me hacia a la idea, y vas y te piras ¿y la dejas así?

- Ya lo se, si ya lo sé, que lo hice fatal pero es que no supe gestionarlo

- Que te dio, ¿un gay panic?

- Jajajaja ... no lo sé, es que no supe gestionar todo lo que me hizo sentir. Estaba totalmente fuera de mi, no...No se como explicártelo

- Me estas queriendo decir que no fue porque apareciera una persona en el portal

- Sí, eso me dio igual, simplemente me hizo despertar y darme cuenta de lo que estaba haciendo. Tú me conoces que yo lo más alocado que he hecho en el sexo es hacerlo en la parte de atrás de un coche.

- Vale, tranquila. Descubriste a la Luisi más sensual y no supiste gestionarlo. Pero, ¿por qué no lo hablaste con ella?

- Bueno me moría de la vergüenza y me sentía una cría.

- Vale... y ella, volviste a verla, o algo

- Pues después de aquello....

Saben de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora