9. SABATINI

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Yo no podía dejar de morderme la sonrisa, mientras miraba nuestras manos y lo bien que encajaban. La tarde había empezado a caer y ella me llevaba dirección a los jardines de Sabatini.

Antes de cruzar la puerta se paró, tirando de mi mano hacia ella hasta abrazarme, yo me perdí en el olor de sus rizos y cuando quiso aflojar el abrazo, yo quería mas y apreté mientras susurré – un poquito más . La sentí sonreír en mi cuello y así nos quedamos un rato, hasta que me separé.

Caminamos hasta uno de los bancos desde donde se ve el palacio real, y de verdad que estaba tan bonita mirándome con esa profundidad mientras me acariciaba la cara...

- ¿Cómo estás?

- Estoy bien, me siento muy a gusto contigo – Vi como sonreía de lado y levantaba su ceja, y me tembló todo el cuerpo.

- Así que no te pongo ni un poquito nerviosa

- Ni un poquito – dije con la misma credibilidad que Fernando Simón

- Ya... - dijo arrastrando la ultima letra mientras se acercaba muy despacio a mi boca, casi podía saborear ya sus labios cuando note que me estaba mojando. Abrí los ojos y la vi mirándome a dos centímetros mientras la lluvia nos mojaba con mucha intensidad, la gente corría alrededor y yo solo podía pensar en que me besara que mas daban cuatro gotas

-¿Marina de que te ríes?

-Perdona hija, pero has dicho que cuando se estaba acercando notaste que te estabas mojando y he pensado madre mía la intensidad que se gasta Luisi

-Eres una payasa!

-Perdón, perdón sigue

Cuando me quise dar cuenta se estaba alejando de mi, cogió mi mano para que saliéramos corriendo de allí. De verdad Marina que manera de correr, que yo aguantaba el tipo para que no pensara que estoy en bajísima forma, hasta que llegamos a una puerta donde nos cubría el tejadito de la misma y donde solo entrabamos las dos.

- Alguien esta en muy buena forma – Me dijo la muy sinvergüenza

- Si tuviera aliento te contestaría

Me cogió de la cintura y me pego a ella, apoyando su frente en la mía y respirándome lento. Yo no pude mas y la besé, al principio la besé muy despacio casi con miedo a saber que sentiría, sentí como sus manos se agarraban a mi culo y no pude contener el deseo, la apoyé contra la pared que tenia detrás y me lance a su cuello, escucharla suspirar me estaba encendiendo no podía parar de besarla y apretarla junto a mi, me daba igual el lugar, ni quien pasara, solo estaba ella.

Pero la puerta del portal se abrió, y volvimos a apoyarnos en la frente de la otra mientras sonreíamos, y yo sentí todo el rubor en mis mejillas.

- Vaya día feo se ha quedado – dijo el señor mientras abría su paraguas y estropeaba el mejor beso de mi vida

- Pues a mi me parece precioso – dijo ella mirándome

Sin saber porque o quizás si, había dejado mi pie para que la puerta no se cerrara, y sonriéndola abrí la puerta y tiré de ella hacia dentro...

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Gracias @avikoke por todo, por animarme y también por forzarme a escribir estas postales Herminienses, eres un regalo payasa 💛 

Saben de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora