Pase días enteros intentando hablar con el sujeto, pero él se limitaba a meditar o pescar su comida, no me dirigía la palabra y sus ojos parecían no percatarse de mi presencia.
En las noches él regresaba a su cabaña, yo de la misma manera busque un refugio en una de las cabañas de madera que había en el lugar.
No parecía haber sido visitado en siglos, el abandono se respiraba en cada rincón de la isla.
Tras días habitando ese lugar caí en la desesperación, el sujeto no cambiaba su rutina, por más que intenté hablar con él nunca tuve respuesta, para mi desgracia tampoco tenía como regresar al puerto pues el oleaje en la orilla de la isla era muy fuerte para manejar un bote.
Pasaron más días y las cosas no parecían cambiar.
Fue entonces que en una noche luna llena cuando las olas más fuertes se hacían sonar en la costa, el extraño espadachín encendió una fogata en medio de lo que quedaba de su aldea, puso unos pescados a cocinar y me hablo
-¿Por qué has venido?- pregunto con una voz fuerte
Aunque estaba algo molesto, me sentí apaciguado por la sorpresa de sus palabras hacia mí.
-Me encomendaron encontrarte, vine desde muy lejos...-
-Eso lo sé- dijo interrumpiéndome –Pero ¿Por qué has venido?- volvió a preguntar
-Yo...- dije mientras empezada a dudar de mí mismo –Tengo una misión-
-Quieres salvar el multiverso, haciendo una hazaña posiblemente imposible de completar-
-No sé si sea imposible, pero...-
-Chico, me dices tu nombre- me cedió la palabra
-Soy Gynel- dije con mucha valentía
-Gynel ¿Sabes por qué el multiverso termino así?-
-No lo sé con seguridad, mi padre me contaba historias- dije mientras me quedaba en silencioHablar de mi padre me ponía nostálgico y melancólico, la expresión en mi rostro lo dejaba ver claramente a el extraño sujeto.
-Bueno, Gynel que ha venido de muy lejos a verme- dijo mientras tomaba un pescado –No salvaras al multiverso con el estómago vacío-
Aunque el cambio de actitud me pareció un poco extraño, me reconforto, no quise indagar en su actitud, así que solo tome el pescado y empecé a comer no sin antes preguntar.
-¿Cuál es tu nombre?-
-Soy Kaito...- suspiro –Y soy el ultimo espadachín en el multiverso-No sabía si era correcto indagar en su vida, pero algo me decía que pasaríamos el resto de esta misión siendo un equipo.
-Kaito- dije
Me miro esperando mis palabras.
-¿Por qué me ignorabas?-
-Cuando estas mucho tiempo solo como yo, la mente suele jugar contigo, es difícil saber si eres real o solo una ilusión-
-¿Hablas de magia ilusoria?-
-No, algo más simple- dijo mientras comía –Simple demencia-
-Me alegro que decidieras hablarme, yo igual me estaba desesperando-
-Si te soy sincero aun dudo si eres real- dijo
-¿!Que!?- dije muy sorprendido –Soy real, te lo juro- continúe
-Lo se Gynel, es solo una broma-Desconocía cuando tiempo tenia aquí, pero estaba seguro que era mayor que mis amigos, aun en la soledad mantenía su sentido del humor.
-Duerme Gynel, mañana hablaremos- dijo mientras se levantaba
Solo asentí con la cabeza, me levanté y fui a mi cabaña a descansar.
Mientras intentaba conciliar mi sueño me sentí extraño, como si algo en la isla me comenzara a asechar, me senté en la cama y tome mi mochila que se encontraba a un costado, comencé a revisar mis cosas sin saber que estaba buscando, estuve así unos minutos hasta que me centre.
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Gynel A Travez del Multiverso
FantasyAños después de la aparente extinción de la magia en todo los rincones del mundo, Gynel en conjunto con sus amigos son mandados a realizar una ultima tarea que busca traer equilibro a las cosas.