-EL BOSQUE-

13 3 3
                                    

Desperté por la tarde del siguiente día, mi pecho y costados dolían, me sentía desorientado y en cuanto me senté un fuerte mareo me hizo vomitar.

El ruido puso en alerta a mi madre, quien rápidamente entro a mi habitación a asistirme.

-Hijo, despertaste- dijo mientras se acercaba a mí –Toda la noche tuviste fiebre, estaba muy asustada-
-Papá ¿Ya está bien?- dije en voz tenue
-Si Gynel, tu padre ya está bien-
-¿Dónde está?- pregunte mientras le dirigía la mirada
-Esta con los otros hombres de la aldea... saldrán a buscar al jabalí-

Aunque la experiencia con el jabalí haya sido algo traumante para mi corta edad, en las historias nunca se mencionó que la creatura fuera tan grande o tan rápida, y mucho menos tan lista.

-¡No mamá!- dije con fuerza –Si van por el no van a regresar-

Entonces llego mi papá con nosotros

-Gynel...-
-No puedes ir papá, este jabalí es diferente a los de los cuentos-
-Lo se hijo...- después de decirme eso volteo a ver a mi madre –Julie, cariño... tenemos que hablar-
-Padre...- dije algo desconsolado
-En un momento hablamos hijo-

Mis padres salieron y empezaron a charlar en voz baja, no podía escucharlos, y cuando las voces parecían volverse más claras, el dolor me hacía caer rendido en mi cama dejando mi concentración inútil.

Para mi suerte era temporada en donde las hierbas medicinales crecían en abundancia, y solo estuve cuatro días en cama recuperándome de mis heridas.

Cada día durante esos cuatro días, mi padre y los otros hombres de la aldea se reunían para decidir qué hacer con el jabalí, al inicio pensaron que era una locura mía, pero para verificar los hechos mandaron un grupo de personas a explorar, solo uno regreso del bosque, estaba moribundo y con quemaduras por todo su cuerpo, habían intentado utilizar aceites y fuego para ahuyentar al jabalí, no les resulto; al final logro regresar al pueblo, verificar mi historia y morir por sus heridas.

Cuando por fin me levante, salí de mi cuarto por la mañana, mis padres estaban desayunando.

-Padre, termine de talar el árbol como me dijiste-
-Gynel...-
-También tome tu diario buscando instrucciones... pero solo en una línea encontré mi nombre...-

Antes de continuar hablando vi como mi padre se levantaba de su asiento, miro a mi madre

-Creo que tendremos que acelerar el proceso- dijo mi padre
-Está bien, cariño- dijo mi madre mientras iba a su cuarto
-¿Adelantar?... ¿Qué proceso? ¿De qué hablan?-

Mi padre me miró fijamente

-Gynel, necesito que vayamos a la cuna-
-Pero ¿Y el jabalí?-
-Si lo encontramos yo me ocupare de el-

Aun no era medio día, pero nos preparamos para ir a la cuna y en cuanto estuve listo emprendimos el viaje.

Mi padre paso callado todo el viaje, cuando estábamos por llegar se detuvo

-¿Qué...-
-Shhh... silencio Gynel-

Cuando me detuve logre observar lo que estaba frente a nosotros, una autentica carnicería, gente de nuestro pueblo, exploradores muertos, todos con alguna extremidad destrozada y quemaduras por todo su cuerpo, se miraba el dolor en sus caras, pensar que un solo jabalí hizo esto, no me imagino los destrozos que causaban las manadas que atacaron al pueblo en tiempos pasados

-Gynel, por esto es malo intentar matar a un jabalí- dijo en voz baja

Sin palabras solo seguí a mi padre, quien rodeo la escena sin hacer mucho ruido, continuamos sin decir ni una sola palabra hasta llegar a la cuna.

Gynel A Travez del MultiversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora