-AQUELLOS EN EL FINAL DEL MUNDO-

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Caminaba con Darlen en mis brazos, sentía mi cuerpo entumecido por la batalla y algo más me aquejaba, tal vez con la conciencia dándome gritos por todo lo que había hecho no podía pensar mucho, pero sentía que hizo lo correcto.

Cuando llegue al reino algo dentro de mí me indico que el mundo donde estábamos iba a ser destruido.

-Creo que este es el fin- dije mientras dejaba a Darlen en el suelo.
-No lo es- escuche

Para mi gran sorpresa Kaito me había esperado

-Eres un estúpido- dijo mientras extendía su mano –Vamos, ya todo está en el translocador-
-¿Por qué no te fuiste?- pregunte
-Aun cuando el mundo se esté acabando, no hay que dejar a nadie atrás- dijo muy sereno

Me levanté del suelo con ayuda de Kaito, me sacudí un poco

-¿Viste mi pelea?- pregunte algo temeroso mientras volvía a poner a Darlen en mis brazos
-No, pero veo que el entrenamiento funciono- respondió

Al escuchar esto me sentí más tranquilo, Kaito no vio que usé aquella arma que le dio mala fama a su familia.

Caminamos hacia el translocador, pensaba en todo lo que había pasado para llegar hasta aquí, esperaba que el padre tiempo estuviera bien y que todo esto sea parte de lo que él esperaba que pasase.

-Estás listo- dijo Kaito mientras sacaba el reloj.
-Listo-

Como la primera vez Kaito imbuía de mana el reloj y el translocador se activaba

-¿Cómo es que no volveros a llegar a la isla?- pregunte
-No hay magia suficiente para ir a un lugar tan lejos, la primera vez el padre tiempo uso todo de sí para llevarte, yo use mi poder para regresar, ahora mientras te fuiste por tu amiga estuve investigando un poco y el padre tiempo dejo una runa aquí, así que solo podemos ir al lugar donde marca la runa-
-¿A dónde es eso?- pregunte
-No lo sé- dijo Kaito mientras el translocador se activaba

Fuimos transportados en cuestión de segundos, llegamos a un translocador que parecía estar entre montañas con árboles delgados llenos de hojas amarillas y rosas.

-¿Dónde estamos?- pregunte -Es un lugar muy hermoso- dije
-No lo sé, pero cuidado, nos observan- dijo Kaito

Paso poco tiempo cuando escuche un zumbido que se diría hacia mí, rápidamente Kaito saco su espada y desvió una flecha que se diría hacia nosotros.

-Kaito ¿Qué sucede?- dije
-No te muevas Gynel, no puedo ver a quien nos ataca-

Cuando Kaito termino su oración una lluvia de flechas se veía acercarse a lo lejos

-Kaito, vámonos-
-Tranquilo- dijo Kaito

Kaito uso su magia y su espada para protegernos, como si fuera dueño del viento de un giro que rasgo con su espada la brisa que corría entre las montañas creo una barrara en forma de tornado que no dejaba pasar las flechas.

Cuando las flechas cesaron Kaito retiro la barrera, cuando esta termino de desvanecerse un ejército con armadura de color carmesí nos estaba esperando, frente a ellos estaban tres chichas con diferentes armas, parecían ser líderes de ese ejército.

La chica que parecía mayor y estaba en medio de las tres nos apuntó con su arco.

-¿Quiénes son?- pregunto con una voz fuerte
-Estamos en una misión- dije mientras di un paso hacia adelante

En otro movimiento rápido Kaito logro desviar la flecha que venía hacia mi.

-¿¡Que te pasa!?- grite –Venimos de muy lejos...-
-No te van a escuchar Gynel- dijo Kaito
-Eres alguien muy peligroso espadachín- dijo la chica –Son muy pocos los que desvían una flecha de feraplata con tanta facilidad- continuo -¿Quién eres?- pregunto
-Soy Kaito Viin- respondió

Gynel A Travez del MultiversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora