O3

3.2K 454 135
                                    

Apenas Seungmin se fue del departamento Jisung miró con culpa al chico de pelo naranja, se acercó a él con una cara de perrito regañado y miró a su pierna.

—¿Te duele?— cuestionó con la culpa cargando en sus hombros.

El más alto asintió sin alguna expresión.

Jisung se sintió aún peor, y viendo su rostro, parecía que lo odiaba —Déjame buscar una pomada, lo siento.— se dirigió rápidamente a la cocina para buscar el botiquín, regresando a la sala nuevamente, encontrando al chico sentado...

En el piso.

—¿Por qué no te sientas en el sillón?— se le hizo extraño, demasiado, sobre todo porque estaba en medio de la sala.

—A la señora Lee no le gusta que me suba al sillón.— habló en un tono bajo.

Por primera vez en la noche escuchó su voz, y de cierta manera le pareció adorable la forma en la que le respondió, pero ¿de qué hablaba?, ¿señora Lee?, quizá así le decía a su madre, pero ¿por qué no lo dejaría sentarse en el sillón?, ¿podría ser que en realidad era su madrastra y lo maltrataba?, tenía miedo de preguntarle y arruinar más las cosas.

—Aquí puedes sentarte donde quieras, no te preocupes.— le sonrió y este asintió sentándose junto a él en el sillón —Te pondré árnica para que sane mejor.— tomó el borde de su pantalón para levantarlo un poco, pero la mano de Lee detuvo la suya con fuerza —¿Qué su-sucede?— se asustó ante lo repentino y su voz tembló, lo estaba apretando muy fuerte.

Minho se dio cuenta de lo fuerte que estaba sosteniendo la mano de Jisung, la soltó un poco asustado. —Uhm, no sé porque lo hice.— sus labios se abultaron, había sido un reflejo a la defensiva.

—No pasa nada, no tienes que estar conmigo a la defensiva, no volveré a golpearte así, solo qué, encontrar a un chico que no conoces en tu departamento sosteniendo tus boxers, no es una imagen tan agradable.— rio un poco mirándolo de vuelta.

Una pequeña sonrisa se colocó en sus labios, aquella risa que escapó de los belfos de Jisung, fue un tanto contagiosa.

Han se sorprendió, aquel chico estaba sonriendo, y aquella curvatura en su rostro era hermosa, ahora que se tomaba el tiempo de verlo con detalle, era bastante apuesto, sus ojos cafés tenían un brillo que los hacía ver bonitos, su nariz bien perfilada, y el color brillante de su cabello eran esos detalles que hacían resaltar su belleza.

Su corazón estaba latiendo más rápido de lo que debería.

—Los vi ahí.— apuntó a un lugar inespecífico del suelo de la sala —Los recogí, y luego llegaste con el otro chico.— su nariz se arrugó.

No comprendía como aquel chico que tenía la mirada más intimidante de todas hace unos momentos, ahora se mostraba tan adorable y chiquito, su corazón estaba siendo atacado.

—No te preocupes, yo te debo una disculpa por no dejarte explicarlo antes, no debí reaccionar de esa manera.— tomó una bocanada de aire e inflo sus mejillas, y bajó la mirada.

—¡Tus mejillas!— las mejillas llenas del aire que había tomado se veían graciosas, le dio piquetitos a estas —Te ves gracioso, me gusta.— se acercó a su rostro y las apretó un poco más.

El calor subió a su rostro mientras el chico estaba a milímetros de él.

—Ahora son rojitas.— rio y tomó su rostro en sus manos.

—Oh, yo...— su corazón estaba a nada de salirse de su pecho a este paso —Ya ya, debo ponerte esto.— se alejó un tanto nervioso mostrándole el botecito de pomada y con torpeza abrió la tapa.

❛ Meow! ❜ ─MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora