Changbin esperaba en la entrada del departamento con impaciencia. El solo hecho de pensar que su hermano estaba tras esa puerta, era una mezcla de emociones, que no había sentido hace mucho tiempo.
Y cuando esa puerta se abrió, y Seungmin le dio la señal de entrar, ni siquiera lo pensó. Caminó por reflejo, con la mente en blanco y el corazón a mil por hora.
Ahí estaba, aquel chico que le daba sentido a su vida sistemática y arreglada, quién le enseñó a dejar de lado las responsabilidades cuando no podía sostenerlas sobre sus hombros, quién estuvo ahí para él, y viceversa.
Jisung era el menor, pero siempre pareció lo contrario. Verlo ahora tras esos cuántos años, bastante cambiado, con rasgos más maduros, e incluso un poco más alto, le hizo recordar aquellas veces que se preguntó cómo luciría su hermanito una vez fuera un adulto, porque su mentalidad de ese entonces ya era la de uno.
Lamentaba haberse perdido esa etapa tan importante de su vida, daría todo lo que estuviera en sus manos para deshacer sus tontas decisiones, y volver a cuando ambos eran felices.
Juntos.
Un —Jisung... —se escapó de los labios de Seo. Quería correr y abrazarlo, sentir su presencia, su calidez, de nuevo, no obstante, sus necesidades quedaban en segundo plano, por el momento, le preocupaba la reacción de este ante su repentina aparición.
Esa noche estaba llena de sorpresas, y no preciosamente gratas, fue lo que pensó Han. Parecía que su boca se había atascado, ya que le fue imposible articular si quiera una queja.
Su miraba viajó del mayor hacia Seungmin, y si sus palabras no eran su medio de expresión por el momento, la mirada que le lanzó le hizo entender que lo odiaba.
—Mira, ódiame todo lo que quieras, por hoy, mañana, una semana, un mes, todo el año. —habló Seungmin antes de que este lo hiciera —Pero me lo agradecerás tarde que temprano. —era contraproducente decirle eso a quien tenía ojos cargados de furia, sin embargo, era fiel a su creencia de que las cosas se podían solucionar con una buena conversación.
—Lo dudo. —mencionó entre dientes.
Seungmin asintió, empatizó un poco, desde su punto de vista, seguro también estaría furioso. Sin embargo, no quería tirarle más leña al fuego —Los dejaré hablar, después con más calma, hablamos de todo esto. —dijo comenzando a caminar hacia la puerta —Estaré afuera.
—Deberías llevarlo contigo. —la ira en sus palabras era más que clara.
Seungmin negó con la cabeza, y salió tras la puerta.
Sus miradas se cruzaron de nuevo. Jisung tenía tantas preguntas, ¿De dónde lo sacó Seungmin?, ¿Desde cuándo volvió a Corea?, ¿Por qué está aquí en primer lugar?, ¿Por qué lo busca cuando lo abandonó sin ningún remordimiento?
—Estoy teniendo la peor noche de mi vida, no creí que fuera posible que empeorara, pero estás aquí... —comentó con gracia, soltando una risa que en vez de diversión, se escuchaba dolida —Te encanta arruinarme la vida, veo que eso es de familia. —sonreía con cinismo, aunque de sus ojos brotaran lágrimas.
Ser comparado con su madre, es uno de los golpes más bajos que pudo haber recibido.
—Me duele que creas eso. —su voz sonó lastimera, estaba hablando con el corazón.
—Oh lo lamento, ¿Herí tus sentimientos? —fingió sentir pena, una actuación barata que incluso era más hiriente —Claro, permíteme tener compasión por la persona que más se preocupó por mí, tanto que me abandonó. —lo último lo hizo quebrarse, pero no se permitió demostrarlo. Quería llorar desoladamente, sin embargo, ahí estaba, conteniendo sus lágrimas con los labios temblorosos, vendiendo su papel de orgullo, que interpretaba con dolor.

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❛ Meow! ❜ ─MinSung
Fanfic"¿Me amarás incluso sabiendo que no soy humano?" Jisung, un chico universitario con el corazón herido, en busca de un roommate. Minho, el gato que su vecina le pidió cuidar mientras no estaba en casa, con extraños poderes, que le permitían converti...