El dios del engaño nunca pudo quedarse en un solo lugar siempre buscando cómo aumentar su poder para en un futuro poder gobernar Asgard y destronar al futuro rey quien es su hermano, el favorito de Odin.
En uno de sus intentos, encuentra un hechizo...
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No había ido a las ruinas en un largo tiempo, no había visto a Katherine desde el día que ella intentó matarla. Pero sabía que la daga que John le dio a Damon venia directamente de Katherine.
Estaba nerviosa, su único calmante en ese momento eran sus auriculares y la música que salía de ellos. Cuando era niña recordaba como usaban música de piano para calmarla cada vez que los pensamientos de las personas la abrumaban, sabía que eso venía de su madre, odiaba no recordarlo tan vívidamente.
De hecho varios recuerdos felices o tristes habíamos sido bloqueados de su mente a lo largo de los años, especialmente los que se tratan de combate cuerpo a cuerpo.
Últimamente su calmante era la última el recuerdo de su madre que repetía constantemente en pensadero. El recuerdo de cuando ella nació y como Marian le cantaban una hermosa canción de cuna..... era simplemente hermoso.
Toda calma termino cuando entro a la tumba, su aliento quedó atascado en su garganta.
—Ya era hora de que nos viéramos de nuevo— Katherine estaba sentada Justo detrás de la entrada.— Sabia que eras tú.
Tenía la voz ronco, el rostro lleno de polvo y sus ojos coquetos clavados en ella.
Luna exhalo lentamente, esperando que su mano no temblara.
—Y no te equivocaste.
—Hmmm, ¿Damon y Stefan te mandaron?
—Ellos ni siquiera saben que estoy aquí.
—Pero supongo que estás aquí por preguntas.
Luna se morido su mejilla por dentro.
—Bastante, pero supongo que no lo harás a la buena— dijo en un tono valiente, aunque por dentro se muriera de miedo.
—Como sabes, estoy aquí por compulsión— comentó Katherine mientras jugaba a trazar círculos en el suelo— Eres una bruja, podrías ayudarme a salir de aquí.
