11

207 10 0
                                    




Desde que mi padre por fin me contó la razón por la que tuve que volver a casa sin dudas me causo mucha más intriga.


Claramente, ¿A quién no le daría intriga?


Y no, no es por los dos chicos que vendrán, no estoy interesada.


En fin, faltan dos días para esta dichosa reunión y solamente puedo pensar en Riddle.


¿Qué me hiciste? Enigma.


Me puse mi pijama y peine mi cabello con mis dedos. No tenía sueño, ya que aproximadamente hace tres horas me había despertado.


Decidí levantarme e ir a la biblioteca de la mansión a pasar el rato, leer quizás pueda sacar a Riddle de mi mente por un rato. Cuando llegue comencé a buscar un libro interesante, fila por fila.


La biblioteca que teníamos era enorme, sin exagerar. Recuerdo que aquí pasaba casi todo el tiempo, leyendo libros. Había todo tipo de libros, solamente tenias que saber buscar el indicado. Papá también venia mucho, cada día agarraba un libro y lo terminaba ese mismo día, y luego leía otro, y así sucesivamente.


A decir verdad, admiro mucho a mi padre, aunque este en cosas raras, por así decirlo, lo aprecio e admiro completamente. En mi niñez él me había enseñado cada tipo de hechizo, bueno, malo, de protección, de lo que sea. Gracias a mi padre no pierdo ningún duelo.


Recorriendo la biblioteca encontré un cuento que cuando era pequeña mi madre me contaba, amo ese cuento. Decidida agarre el libro y me senté en un sillón. Comencé a leer el libro recordando todos los recuerdos que me daba este.





'' Nuestro destino vive en nosotros. Sólo debes ser lo suficiente valiente para verlo. ''












-Mi querida Dorcas, falta poco para tus 17 años, ¿Piensas hacer algo? ¿Reunirte con tus amigos? ¿Salir? quizás...


-Abuela, faltan dos meses para mi cumpleaños.


-Exacto, dos meses que pasan volando, querida.


Eso espero.


-Hija, ven. Necesito hablar contigo de algo muy importante.


-Claro.

Mi padre me dirigió hacia su oficina. Al entrar vi a tres siluetas que claramente reconocía. Un hombre calvo y sin nariz, Voldemort, sin dudas.


Que grande sorpresa.


¿Qué haría mi padre con él?

¿Tendrán negocios juntos?

¿Por qué me lo presentaba?


Estaban planeando algo, y yo estaba metida.


Mire al lado de Voldemort y vi a un chico, de mi edad, supongo. Cabello con rizos, ojos de color marrón claros, muy lindo por cierto. Luego puse mi mirada en el otro chico.





Tom Riddle





¿Qué mierda?





Y ahí estaba él, el chico por cual estuve pensando por horas, preguntando porque tenia interés en él. Estaba tan tranquilo, sentado en el sofá.


Riddle me dio una sonrisa de boca cerrada, estaba tan sorprendida que mi cara solo mostraba confusión.


-Hija, él es Lord Voldemort, y ellos son sus hijos.


Click


Mi cerebro hizo click. Ahora todo tenia sentido, el porque Tom se sabia las maldiciones a la perfección, Voldemort le había enseñado y el porque se acerco a mi, o eso creo.


-Mattheo Riddle -Dijo el chico de rizos.- Un gusto. -Se acerco a mi y beso la palma de mi mano dedicándome una sonrisa.-


-Dorcas Grindelwald. El gusto es mio. -Dije devolviendo la sonrisa.-


-Es un placer volver a verte de nuevo, Dorcas. -Hablo Riddle.-


Su voz... escucharlo de nuevo hizo que mi piel se erizara.


-Lo mismo digo, Tom. -Dije seriamente.-


-Disculpen mi ignorancia, ¿Se conocen? -Pregunto Voldemort.-


-Claro que si, padre. Dorcas y yo vamos a Hogwarts juntos desde pequeños. Somos unos grandes amigos.


Si, claro.


-Oh cierto.


-Dorcas, como notaras, nuestros invitados pudieron llegar antes. La reunión sera mañana a primera hora, no llegues tarde. -Dijo mi padre.-


Peine mi cabello con mis dedeos y asentí levemente.


¿Por qué tengo que ir a la reunión?


-Una cosa más hija, muéstrale a nuestros invitados sus habitaciones mientras yo hablo con Lord.


-Claro, padre.


Dije, y sin más salí de la oficina junto a los hermanos Riddle.


























C <3

Pequeña Grindelwald. • Tom Riddle •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora