20 minutos

388 42 0
                                    

Narcissa abrió sus ojos marrón oscuro a un cuarto vacío, mirando a la dirección donde debería de estar Cahya. Agarró las sábanas de seda y se levantó para sentarse, una expresión de confusión y cansancio emergió en su cara. Se levantó y caminó a la ventana para mirar afuera.

Era una mañana sombría. La lluvia caía con fuerza y golpeaba el vidrio ruidosamente, pero era de una manera calmante. Se quedó quieta y puso una mano en el frío vidrio. Ajustando su vestimenta caminó a su cuarto donde ella tenía la intención de quedarse, para cambiarse a una ropa de día más apropiada, y más cálida.

Lentamente, ella bajó las escaleras una vez más y él estaba parado ahí. —Buenos días,— Lucius dijo casi felizmente. Su usual comportamiento manipulativo después de los argumentos. Draco estaba sentado cerca de la chimenea, él estaba bien.

—Buenos días,— Narcissa contestó fríamente, pero no lo suficiente para causar otro conflicto. —¿Sabes dónde está Cahya?

—¿Como debería de saber yo?

—Bueno solo me preguntaba si tú...

—No lo sé.— Ella dejó de intentar.

—Solo pensé que debería de decirle que su jardín podría necesitar cuido,— estaba absolutamente mintiendo, —con la lluvia y todo.

—Entonces encuentrala y dile, tú sabes que a mí no me importa.— Si le importaría si no estuviera tan prístino como Cahya lo mantenía. Las apariencias importan mientras él no tenga que hacer un esfuerzo por ellas.

Caminó a una ventana que cubría la pared en el opuesto del cuarto para observar los jardines, y mientras hacía eso, y lo hizo, sus ojos conectaron con una figura parada a lo más lejano del patio en el borde de la piedra por el rosal. La figura irreconocible con pelo oscuro negro que caía con la cabeza inclinada para adelante.

Con un poco de urgencia, ella emitió el encanto impervius para no mojarse. Había una pequeña salida a los jardines la cual uso para salir de la casa. Con los labios apenas partidos y sus ojos bien abiertos, ella caminó en la dirección de la piedra que la guiaba directamente a Cahya.

No sabía que era, pero algo en ella le decía que debía de correr.

Entre más se acercaba se hizo claro que Cahya no había emitido ningún encanto para protegerse de la lluvia. Estaba parada tan quieta como una estatua mirando a las rosas con ojos cansados, examinando cada pétalo y espina individual. Ni se había dado cuenta de la presencia de Narcissa.

Cahya levantó su mano para tocar una de las rosas. Narcissa decidió informarle a Cahya de su presencia en ese momento y puso su mano en el hombro de Cahya, ella sabía que Cahya necesitaba consuelo de alguna forma de angustia, incluso si no sabía de qué era. Al sentir la mano tocando su hombro encima de la tela de su chaqueta ella saltó de sorpresa y se pinchó con una espina en el proceso.

—¡Perdón por asustarte!— Narcissa dijo en pánico, —¿estás bien?— agarró la mano de Cahya para chequear.

—Actualmente, si, dame alrededor de 20 minutos y la respuesta podrá cambiar un poco,— Cahya respondió con algo similar al sarcasmo pero aún preocupante.

—¿A qué te refieres, 20 minutos?— Narcissa frunció el ceño con preocupación. Cahya había olvidado que solo ella cuidaba de las plantas de los jardines.

—¿Recuerdas cuando Lucius me pidió hace años que encantara las plantas en la parte más lejana de los jardines? Bueno, simplemente sucede que estamos en esas partes.— El corazón de Narcissa empezó a acelerarse en pánico mientras Cachay hablaba, —eran para asegurar que si alguien por alguna razón entrara- sin duda iban a rasgarse con aunque sea una espina- que no tuvieran suficiente tiempo para infiltrar las salas y la casa señorial.

ELLA :: HER- Narcissa Black Malfoy traducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora