࣪ ▸ ִֶָ🌹 ࣪𝑩𝒂𝒅 𝒃𝒐𝒚.⊹ 𓏲

Twelven: «¿ᴄᴀᴍʙɪᴏ ʀᴀᴅɪᴄᴀʟ?»

El fin de semana para JeongGuk era terrible. De su cabeza aún no se iba la tortuosa imagen de TaeHyung llorando ante su rechazo. Le dolía el pecho y su vista estuvo cristalizada desde que se despertó aquel domingo.

Muy a su pesar, logró terminar todas las tareas que se le encargaron para no tener una sobrecarga de estrés física y emocional. Ahora estaba solo, en el silencio de su habitación, ni siquiera quería desayunar junto a sus padres.

Se lanzó nuevamente de espaldas en la cama, suspirando para quizás volver a dormir otro rato. Su tiempo de soledad se vio interrumpido cuando unos fuertes toques en la puerta resonaron.

- No quiero ver a nadie, por favor. - rogó con desánimo.

Pero al parecer no fue obedecido cuando de esta, entraron NamJoon y JiMin sin lentitud alguna. Ambos sabían que algo malo había sucedido desde aquel día y ya no soportaban el hecho de hacerse los desentendidos.

- Buen día, Kookie. - intentó sonreírle. - A decir verdad estuvimos muy preocupados y tu mamá no ayudó mucho cuando me llamó. - se sinceró, una noche antes la omega mayor acudió a él.

- Kookie. ¿Pasó algo ese día? - prosiguió JiMin. - No te ves bien y estamos aquí para ti.

Hizo un pequeño mohín. - Es algo absurdo, no se preocupen.

- Oh no, claro que no. - dijo el peli-rubio, sentándose en el borde de la cama y regañándolo con la mirada. - Te conozco muy bien JeongGuk, no hay necesidad de mentir.

El omega más pálido resopló, declinando la idea de seguir ocultando lo mal que se sentía. Después de todo, tarde o temprano se enterarían y entonces solo quiso ser directo.

- A TaeHyung le gusto yo. - anunció con incomodidad.

JiMin y NamJoon se miraron entre ellos. Ambos sabían lo difícil que era para JeongGuk vivir y sentir esas situaciones, mucho más cuando se trataba de alguien tan especial para él.

- Volvió a suceder, Namie. - sonrió con ápice de tristeza. - S-se me declaró de una forma muy bonita, pero yo no podía corresponderle, yo no lo vería de otra forma.

- Ah, Kookie. - murmuró JiMin, acercándose rápidamente para abrazarlo mientras que NamJoon lo tomaba de las manos, acariciándolas y mirándolo con comprensión.

- Y me dolió lo que me transmitieron sus ojos, y-yo lo lastimé.

- Hey, no, nada de eso. La culpa no fue de nadie, uno no puede mandar a sus sentimientos.

- Pero lo hice.

- Hiciste bien en ser claro. - corrigió Minie, dejando de abrazarlo para posar una de sus manos en el hombro adverso. - Una verdad amarga es mejor que una mentira dulce. ¿No lo crees?

- Ya verás que muy pronto esto pasará, solo deja que pase el tiempo.

Las amargas palabras de HoSeok también invadieron la mente del castaño. Pero ante el apoyo y las palabras de sus dos inseparables amigos, decidió borrarlas de su mente. No tenía por qué interesarle opiniones absurdas.

- ¿Qué podemos hacer para que este bonito omega sonría? - dijo NamJoon con una gran sonrisa, su aura divertido y cálido salía a flote, dejando que lo negativo fuera esparciéndose muy lejos de ellos. - ¿Si salimos a comer esas brochetas de cordero que tanto te gustan?

JeongGuk mostró una suave sonrisa, él verdaderamente amaba esos ricos manjares de carne con verduras.

- ¡Vamos Kookie, Kookie! Hagamos una expedición culinaria en el centro comercial. - sugirió JiMin, aplaudiendo animado.

- No vamos a recibir un 'no' como respuesta. - ambos omegas lo tomaron de cada brazo haciéndole reír.

La pesadez que JeongGuk sentía empezó a desvanecerse hasta volverse ínfima, se sentía tan afortunado por contar con amistades tan leales y dedicadas, él prometía cuidarlas de igual manera.

- De acuerdo, no me puedo negar a eso.

- ¡Muy bien! - NamJoon se expresó ruidosamente para luego calmarse. -

Ahora, esperaremos abajo mientras te alistas; iremos a saludar y avisarle a tus padres que saldrás con nosotros.

- Está bien, los veo en la sala.

- ¡No tardes! - y con aquel grito, sus amigos desaparecieron de la habitación. JeongGuk sintió que ese día no sería tan malo como lo lamentó en la mañana.

(...)

La tarde estaba siendo estupenda desde que llegaron, habían probado las mejores brochetas sazonadas de la ciudad, y luego, sin importarle las consecuencias, fueron por unos batidos de frutas, cada uno escogiendo su favorito mientras intentaban adivinar el sabor del otro.

Pasearon por el parque de juegos y miraron muchas tiendas en donde había mercancía de todo tipo sobre sus boy bands favoritas. Ahí TaeHyung era el más emocionado, pero lo fue más cuando pasaron a la sección de moda y estética.

Todo lo relacionado con belleza.

- ¡Kookie, mira! ¡Esta camisa se vería muy bien en ti! - exclamó extasiado, sus ojitos brillaron al ver los atuendos detrás del ventanal. - Y estos pantalones. ¡Dios! Tienes que comprarlos.

- El color me encanta, entremos. - agregó NamJoon, otro admirador de la buena moda.

- Oh, yo creo que no. - respondió medio inseguro. - No es mi estilo algo de esto.

- ¡Vamos, Kookie! - lo haló apresuradamente. - Te vendría muy bien un cambio de look.

- ¿Cambio, por qué?

- ¡Será divertido! - la emoción fue contagiada a NamJoon. - Los tres podemos intentarlo, no hay nada que perder.

- Te apuesto que Kookie será la sensación. - picó el suave abdomen del omega, aquel que estaba cubierto por una enorme polera color crema.

El castañosonrió mientras rodaba los ojos, después de todo, él siempre accedía aacompañar las locuras y travesuras que a sus amigos se les ocurría. No habíanada que lamentar, incluso a él empezaba a ganarle la curiosidad de comprar yprobar distintos estilos.