TaeHyung ya llevaba cierto tiempo practicando frente al espejo el que sería su romántico discurso, aquel que le diría a JeongGuk expresándole sus más sinceros sentimientos.
Desde que el alfa había conocido al lindo castaño, sus ojos no pudieron ver a alguien más. JeongGuk era simplemente perfecto en todos los aspectos que él buscaba, la verdadera razón de su temor, era saber la respuesta que este le diría.
Sus inseguridades se alteraron brevemente cuando aquel día vio a HoSeok y JeongGuk en esa situación, que si bien no decía algo importante para muchos, para TaeHyung era preocupante. Su primo no era el más apto para temas del corazón.
Hoy, el peli-gris se esforzó y salió de casa mucho más temprano de lo habitual. Llevaba una pequeña cajita donde había seleccionado los chocolates favoritos del omega junto a algunas cartas que siempre escribió pensando en él pero que nunca se atrevió a darle. Sus manos sudaban y hasta podía decir que se le era difícil respirar. JeongGuk no tardaría en llegar, era muy puntual y cada que podía, permanecía recostado en su casillero a la espera de su mejor amigo omega.
El alfa recuerda detalladamente cómo es que empezaron a hablar, y todo se debió a su torpeza en una mañana del lunes.
Él era nuevo y al estar tan ansioso por no encontrar a su salón, corrió de manera imprudente, chocando con JeongGuk y ambos cayendo estrepitosamente al suelo. La mirada brillante y en absoluta pena que el omega le regaló en esos segundos, fue impactante. El aroma suave a vainilla llegó a sus fosas nasales y entonces su lobito corrió intensamente.
Lo supo.
Ese sería un recuerdo imborrable.
Soltó un profundo suspiro, y como lo supuso, JeongGuk ya se encontraba ahí, sonriendo mientras conversaba con NamJoon y JiMin.
— Bien, es ahora o nunca. — susurró casi de manera inaudible, intentando darse ánimos para no cambiar de opinión al último segundo.
Con pasos constantes, fue acercándose al omega. Ya no había marcha atrás, porque para ese entonces, JeongGuk lo vio y le sonrió tan cálido que enternecía cada fibra de su ser.
— Hola Tae ¿Qué haces por aquí tan temprano?
El mencionado tragó grueso, la mirada de los dos omegas sobrantes aumentaban su nerviosismo.
— ¿P-podemos hablar por unos momentos, a solas? — sugirió con duda, recibiendo un asentimiento seguro por parte del castaño.
— Claro, no te preocupes. — miró de reojo a sus amigos. — Namie, Minnie. ¿Me disculpan un momento?
Ambos chicos aceptaron pero prometieron volver, dejándolos solos por fin luego de un par de segundos.
— ¿Y bien? ¿Prefieres hablar aquí?
— Uh, me gustaría decirlo en el patio de afuera. El bullicio me desconcentra un poco.
— De acuerdo, vamos.
JeongGuk avanzó primero, ciertamente algo le causaba extrañeza pero no quería adelantarse a nada antes de escuchar al menor.
— Aquí está bien. — murmuró. — Quiero ser claro y sincero.
— Claro, dímelo. — quiso retenerse, presentía algo malo.
— JeongGuk, usted es alguien sumamente especial para mí desde el día en que nos conocimos. Siempre he estado pendiente y adoro mucho verlo sonreír, y así como soy consciente de ello, también soy consciente de mis sentimientos por ti.
El omega se tensó débilmente. Oh no, eso era lo que menos quería que pasara. Con el adorable alfa no.
— JeongGuk, me gusta mucho. Me gusta desde hace varios meses y hoy quiero p-pedirle cortejo. — sonrió con timidez. — Sé que quizás es muy pronto pero haré mi mayor esfuerzo, puedo darle muchas cosas bonitas, todo por ver su sonrisa, yo...
— T-TaeHyung.
— Yo en serio quiero pedirle una oportunidad, le prometo que...
— Tae, detente. — trató de interrumpirlo.
—...Que no se arrepentirá. Solo quería decírselo, para mí sería muy-
— TaeHyung, basta. - lo tomó de las manos, notando que traía caja. — Ya no sigas, por favor.
— ¿Kook, por qué estás así? — intentó sonreírle. — No te sientas mal, mira, le traje un regalo. Espero que-
— N-no. — alejó el obsequio. — Escúchame, yo no puedo aceptar esto. Eres realmente un chico muy lindo y sé que también serás un gran alfa, pero yo no puedo afirmarte nada de esto.
— ¿Por qué no? — el labio inferior del azabache empezó a temblar, sus ojos enrojecieron, volviéndose cristalizados.
— TaeHyunie — suspiró, tenía que ser sincero. —, somos amigos, tú eres como mi hermanito. Eres un alfa muy dulce y tierno, inteligente y bueno en los deportes, destacas en miles de actividades — sonrió frágilmente. —, quizás estás confundido. Muy pronto vendrá el omega indicado para ti.
— P-pero lo eres tú. — balbuceó. — JeongGuk, solo dame una oportunidad, nada más una.
— No puedo, te estaría dando falsas ilusiones y no quiero lastimarte. N-no lo soportaría.
— ¿Nunca se fijaría en mí?
— TaeHyung...
— ¿Es eso? ¿No soy el alfa que querría alguna vez?
— Hey no, yo te quiero, lo hago y mucho. — sorbió su nariz, intentando acercarse al menor. — Pero no de esa forma, e-entiéndeme.
— Ya no digas eso.
— No quiero perderte por esto, Tae. Yo de verdad te quiero en mi vida pero como lo que hasta ahora hemos sido.
— Nunca seré suficiente. — murmuró, sus inseguridades atacándolo nuevamente, su corazón empezó a sufrir algo nuevo y por sus mejillas ya se deslizaban las primeras lágrimas. — Nunca lo seré para ti.
— ¿Qué? Por supuesto que no, no te enfoques en mí. — quiso abrazarlo, pero el alfa tiró la caja al suelo y lo empujó para que no lo tocara más. Ante aquella reacción, el pecho de JeongGuk dolió también. Nunca lo había tratado así.
— ¡TaeHyung!
Ya era demasiado tarde, el alfa corrió sin dar vuelta atrás. Su mirada era nublosay ahora solo quería un maldito lugar en el cual esconderse y llorar todo lonecesario. Su primer amor había sido no correspondido. ¿Qué tanto debía doler?
ESTÁS LEYENDO
࣪ ▸ ִֶָ🌹 ࣪𝑩𝒂𝒅 𝒃𝒐𝒚.⊹ 𓏲
Fanfic❝¿Quien dice que un chico malo no puede caer ante los encantos de JeongGuk?❞ JeongGuk es considerado el Omega más bonito para todos los alfas en el centro estudiantil. Un día como cualquiera otro, llega un nuevo estudiante, un típico nada boy que de...