Baji & Chifuyu.

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Una pijamada con tus dos mejores amigos, ¿Qué podría pasar?, pues mal exactamente no lo estabas pasando, pero al día siguiente tú cuerpo te reclamaría aquello a base de dolores y algunas marcas moradas. Todavía no lograbas entender como habían pasado de jugar uno a que ambos muchachos usarán lujuriosamente tú cuerpo, Chifuyu besaba tu cuello y jugaba con tus pechos, mientras Baji embestía sin parar tu entrada, tu solo podías gemir sin parar, sintiendo tú cuerpo temblar en éxtasis.

-Baji, déjame ir a mi ahora, no la acapares.

-Si-sigo aquí, ¿saben?

Lograste decir apenas antes de soltar un gran gemido cuando Chifuyu, sin esperar a que el de pelo negro saliera, entro en t también, podrías sentir ambos miembros en tú interior, entrando y saliendo sin parar, la boca de Baji, a quien tenías enfrente jugaba con tus pechos, mientras el rubio, quien estaba por detrás, jugaba con tu clítoris y marcaba tú cuello. Agradecías a los Dioses que la madre del de cabello largo, dueña de la casa, estuviera haciendo turno de noche o podría escuchar cada obscenidad que salía de tus labios ante el placer que tus amigos te hacían sentir.

Un gemido lastimero salió de tus labios cuando ambos chicos salieron de tu interior, llevaban al menos veinte minutos en cambiando de posiciones sin parar, sentías cada parte de ti completamente entumecida, ahora estaba en cuatro, mientras tu amigo rubio embestía a gran velocidad, el de hebras largas usaba tu boca para darse placer, dejando que con su miembro se ahogaran tu gemido, tu lengua no dejaba de recorrer cada vena del pene del chico, mientras ahuecas las mejillas cada cierto tiempo para que pudiera entrar más en tú garganta. Sentiste como jalaba tú cabello para que no te separaras a la vez que un viscoso liquido caliente llenaba parte de tu boca.

-Mierda, perdón, perdón, puedes escupirlo... dios perdón...

Las palabras del chico se quedaron a medias cuando te vio tragar todo el liquido que dejo en tu boca, no lo podía creer, luego de todo ese tiempo follandote, recién se sentía avergonzado. Sentiste tú propio orgasmo llegar finalmente, arqueando tú espalda gracias a este.

-¡Chifuyu dios si!

Aquel grito claramente gran parte de los vecinos lograron escucharlo, tu cuerpo cayó de golpe al suelo, sintiendo por fin tu entrada vacía, el sonido del condón siendo tirado a la basura te dio a entender que finalmente habían terminado aquella acalorada sesión, lo cual agradecías pues ya no sentías correctamente tus piernas.

-Buenas noches chicos.

-¡No espera!...mierda Baji, ya se durmió... debemos limpiarla y vestirla... ¿Baji?, ¡Malnacido no huyas!, ayúdame a limpiarla.

-Iré por algo de comer, hazlo tú, eres más delicado, yo soy un bruto.

Tokyo Revengers One Shot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora