Hace un tiempo que me siento agotado, sin ganas de nada, apagado.
Ni triste,ni feliz, simplemente existiendo. Ni siquiera puedo expresarlo, es estar vacío, que ni siquiera puedes llorarlo, es muy extraño.
Creía que con el tiempo volvería a ser yo, pero no fue así, las redes, lo que las personas esperan de mi, sus opiniones sobre mí vida, en como debería ser y que no podía hacer, me fue desgastando poco a poco.
Estoy muy agradecido por todo. Sé que hay gente que me apoya realmente, pero muchas veces parece que hay más gente mala, que buena. Comentarios hirientes, que aunque tratos de ignorarlos, me afectan igual.
Me quitan las ganas, las ganas de hacer lo que me gusta, lo que me hace feliz.
Pero aquella noche, volví a ser yo, sin miedos de mostrarme como soy, sin miedo de ser juzgado. Aquella noche donde Dana pudo volver hacerme sentir completo. Como un chico normal, yendo a una cita, sin preocuparse por lo que dirán.
De repente su voz invade mi cabeza, aquella conversación el día de la fiesta.
—¿Te importa lo que piensa o diga la gente de ti?—pregunte. Simplemente lo dije, lo que pasaba por mi cabeza en aquel momento.
—Pues la verdad es que no, hace mucho tiempo dejo de importarme.—me dice ella muy serena
—¿y cómo hiciste?—La observo atentamente, me interesa la respuesta.
Toma un sorbo de su refresco, su vista se posa en el cielo y luego en mí— Si te importa lo que las personas opinan de ti, nunca serás tú mismo y tampoco serás feliz.
No sabía que responder, pero sabía que eso era lo que necesitaba escuchar hace mucho tiempo.
Tomo mi celular sin pensarlo, busco su número y marcó, así, sin pensarlo dos veces.
Suena una, dos, tres, cuatro...no responde.
Vuelvo a intentarlo.
Suena, una, dos y .....atiende.
—¿Hola?
—Hola Danna, soy
—Vinnie.
—Asi es
¿Acaso esperaba mi llamada?
—Reconocí tu voz.
—Oye...
—¿Si?—responde, su voz es tan dulce...—Vinnie...estás ahí?—ríe
Deja de distraerte Vinnie.
Tomo valor y le preguntó—¿Quieres salir conmigo hoy en la tarde?
Oh no, quizás debí preguntarle si estaba ocupada o ...
—Si—responde luego de unos segundos casi eternos para mi.
Una sonrisa se extiende en mi rostro.—Okey, pasaré por ti en unas horas.
—Nos vemos.
La llamada finaliza y sigo sonriendo como un idiota.Quizás es momento de empezar a ser feliz, de hacer lo que quiera sin preocuparme del que dirán. Lleno de nervios, me preparo para salir esta tarde con Danna.
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