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Carraspeé intentando mantener la compostura.

Lee Yang Mi, debes ser civilizada como lo planeamos todo este tiempo.

¿Había imaginado como iba a actuar al conocer a mi ídolo? Si, en mis más delirantes sueños, porque dentro de todo nunca me creí capaz de vivir algo así.

¿Acaso esto es a lo que llaman ser fan exitosa? No, ni siquiera estoy como fan y sinceramente siento que los espantaría.

Escuché un ruido proveniente de las escaleras que guiaban a la oficina de mi papá y me espanté.

-¿Pueden pasar la barra? Por favor.- Pedí con un poco de temor, teniendo la mirada confusa de ambos en mí, un poco descarado si puedo decir.- De verdad, en cualquier momento mi jefe puede bajar y si los ve aquí...- No terminé la frase porque no vi necesario explicar más. Ambos chicos asintieron y luego de componerse su disfraz, pasaron por la barra.

Como imaginé, papá bajó las escaleras con llaves y saco en mano, deteniéndose frente a mí.

-Ocurrió una emergencia en la guardería y tengo que ir por Minsoo.- Habló rápido mientras dejaba las llaves encima de la barra y luego de procesar sus palabras me preocupé.

-¿Minie está bien?- Pregunté por mi hermano menor, quien no pasaba de los cuatro años y era un total diablillo, pero el único hombre que vivía en mi corazón y podía manejarme tanto como el pelirosa que tenía al frente.

Sí, así es. Me dejaba controlar por un niño cachetón de casi tres años.

-Está bien, pero parte de la guardería se quemó y tengo que ir a buscarlo.- Asentí.- Cuida todo un momento y si hay una emergencia llámame ¿Sí?- Volví a asentir, despidiéndome de él y viéndolo salir por la puerta principal.

Suspiré pesadamente y me desplomé en la barra buscando un poco de calma entre tanto movimiento del día.

Olvidé mi uniforme de gimnasia y el profesor me marcó como falta cuando me tuvo sentada en las gradas viendo al resto, no comí nada en receso para tener el dinero de los transportes al aeropuerto, me escapé y habían llamado de inmediato a mi casa para avisar, Minho me había descubierto y por consecuencia me tocaba cumplir lo que quisiera con tal de que no le dijera a nuestros padres y ahora, tenía que cuidar la repostería mientras llegaba papá.

Lo único bueno es que había podido ver a Felix en el aeropuerto - Y de cerca también- pero eso no quitaba el hecho de que fuera un día muy raro.

-¿Un día pesado?- Miré al rubio y con algo de pena me enderece mi espalda y asentí.- Al parecer no somos los únicos.

Me mordí la lengua para evitar preguntar y en su lugar fui a limpiar la mesa de los ancianos que habían decidido dejar la tienda, intentando ignorar la presencia de ambos chicos.

Mierda, no puedo creer que en mi primer encuentro con Lee Felix esté limpiando mesas con un trapo sucio y la camisa que le robé a Minho.

Cuando ya estuvo la mesa limpia mis habilidades sociales disminuyeron a un doscientos por ciento y lo único que supe hacer fue agarrar mi teléfono y entrar a mis redes sociales, buscando zafarme de posibles situaciones incómodas.

Desinteresada bajé por el feed de instagram, encontrando una nueva publicación de mi hermano bailando. Sonreí y le di like activando el sonido y sin darme cuenta que tenía este al máximo, la música rápidamente comenzó a escucharse por todo el lugar.

Mierda.

Bajé el volumen apresuradamente y bloqueé el teléfono. Ojalá no hayan escuchado nada.

OH GOD! ;; lee felix/Hwang HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora