"This, the tale of, reckless love, living a life of crime on the run I brush to a gun to paint these states green and red Everybody freeze, nobody move, put the money in the bag Or we will shoot"
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Junio, 23
Algunas veces me pregunto si las cosas suceden por casualidad, si desde que nacemos estamos destinados a seguir un camino preestablecido, o tal vez cada día que pasa y nos levantamos por la mañana construimos nuestro futuro a pulso. Creo que la última opción me parece la más sensata, aunque como siempre, hay cosas que escapan de nuestro control y suelen ser -en su mayoría- agradables. Sin embargo, soy un romántico empedernido y me gusta creer que ambos nacimos para este momento, para encontrarnos y amarnos con locura hasta el final
En este punto sin retorno de mi vida me pregunto:
¿qué habría pasado si hubiese faltado a trabajar aquel día?
¿Cómo sería mi vida si no le hubiese conocido?
Me siento culpable y un terrible pesar cae sobre mi corazón estrujándolo con sus huesudas manos al pensar en una vida sin él. Una vida sin Kakucho Hitto
Si no hubiese aparecido aquella mañana por el restaurante, con su hermosa cicatriz escondiendo una historia, que como el amante de los relatos de héroes valientes que soy, me moría por escuchar; con sus divinas hebras azabache cual plumaje de un cuervo que caían a la altura de su perfil propio de una divinidad de fábula griega, y esa sonrisa que incitaba al más cuerdo a volverse loco por ella
De ser así, yo no habría trastabillado al momento de servirle el café cargado que me pidió, no lo habría derramado mancillando sus ropas arregladas con pulcritud y elegancia, él no habría tenido que hablar con la gerente diciéndole que fue un accidente y que no me despidiese por ser un completo inútil, tal vez... solo tal vez, él no me hubiese dicho su nombre que endulzó mis oídos en el momento que con su profunda voz se dirigió a mí como un igual
Al principio elegí creer que visitaba cada día con puntualidad aquel chiquero porque era amante de la comida basura que servíamos, una vez escuché a alguien decir que la tarta de manzana no era tan vomitiva -lo más parecido a un cumplido que este lugar ha recibido- pero conforme los días pasaban, noté quesolo podía referirse a mi cuando preguntaba por "el chico bonito de orbes púrpuras y cabello del color de la nieve"
Cual fue mi tristeza cuando días después llegó a mis oídos la noticia de que mi Adonis yacía en prisión por un crimen banal e injusto; el gobierno cometía actos más viles y todos ellos caminaban libremente por las calles jactándose de ser blancas palomas
