This is Halloween

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La noche había transcurrido relativamente tranquila, solo debía limpiar unos cuantos huesos que estaban en una esquina acumulando polvo, recoger aquellos globos oculares que pedía a modo de pago solo por su afán de coleccionarlos, y tal vez aceitar un poco la ruleta para futuros juegos.

Planeaba terminar rápido y poder recostarse a leer un poco antes de quedarse dormido con el dulce canto de aquellas almas en pena que solían vagar por allí de vez en cuando; sin embargo, todo su plan se fue a la basura cuando escuchó unos pasos bajar las escaleras de su guarida.

Al principio creyó que se trataba de aquellos tres niños que solían servirle a modo de sirvientes, pero ya era algo tarde para que los infantes rondaran por aquellos rumbos, aunque no podía descartar la idea, estuvo a punto de llamar a las serpientes hasta que pudo reconocer ese ridículo traje negro con rayas y esa estúpida corbata de murciélago.

- ¿Huh? ¿Qué haces aquí? No es usual verte con la cola entre las patas -saludó socarrón.

- Cállate, o volveré a tirar de tus hilos sueltos hasta que no quede nada de tu miserable existencia, bastardo -bufó de mala gana mientras bajaba las escaleras.

Recordó con amor como el tipo frente a él había destruido su capucha por completo, reduciendolo a las alimañas que lo formaban, dejando ver su asqueroso interior plagado de insectos y gusanos amantes de la carne putrefacta.

- Bueno, deduzco que estás aquí porque tu último intento por desaburrirte no salió muy bien -rió a la vez que recordaba la pesadilla que ocurrió antes de navidad.

- Aunque no lo creas fue una buena lección de vida -suspiró jalando un banquillo y apoyándose en la mesa de la ruleta.

- Es lo que los perdedores dicen siempre, aunque tienes una vida eterna como para seguir arruinándolo una y otra vez, no te cohibas -aconsejó limpiando un vaso de cristal para posteriormente servir un poco de licor y ofrecérselo al contrario.

- Gracias -dijo aceptándolo. -Por ahora no me apetece intentar con otra festividad.

- ¿Entonces ahora quieres intentar hundirte en mis dominios? Te diré una cosa, Mikey. De aquí jamás saldrás -advirtió con una sádica sonrisa y fuego en su mirada.

Uno pensaría que el rey de la festividad y el llamado "coco" serían enemigos naturales después de los eventos en esa desastrosa navidad, más sin embargo, resultó ser todo lo contrario, el rubio había comenzado a sentir cierta curiosidad por la sombra que vagaba por los sueños infantiles asustándolos hasta mojar la cama a modo de diversión.

- Corrección, vine a patearte el trasero en tu propio juego, Kazutora -respondió acercando su rostro al contrario.

- ¡Ja! Cómo si eso fuera posible. Adelante, Rey Calabaza, elige el juego y aún así morderás el polvo -sonrió confiado tomando un trago del vaso que sirvió para él.

- Tú lo has dicho, tenemos toda una vida para arruinarlo así que no hay prisa -se burló recostandose sobre el tablón de madera tapizada.

- ¿Qué te hace pensar que quiero gastar esa vida jugando contigo? Sabes que tengo muchas más almas que estaf- quiero decir, muchos jugadores en espera -reclamó con impaciencia.

- Bueno, yo estoy aburrido así que tienes que entretenerme -puchereó como un niño pequeño.

- ¿Crees que soy tu bufón o algo así? -exclamó ofendido a punto de lanzarse sobre el idiota ese, pero se detuvo a pensarlo dos veces. Él sabía como manejarlo, no necesitaba usar la violencia, al menos no ahora. -Tengo unos cuantos dulces del Halloween pasado, aunque creo que voy a tirarlos, ya casi expiran y pensaba utilizarlos en mi primera apuesta... ¡que pena!

𝐀𝐰𝐞𝐬𝐨𝐦𝐞 𝐦𝐢𝐱 𝐯𝐨𝐥.𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora