Capítulo 9

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Se encontraba en su taller haciendo rabietas, seguía enojado con su esposo, las cosas que le dijo no dejaban de molestarlo y sonar una y otra vez en su cabeza.

-El señor Steve está devuelta ¿Quiere que lo deje pasar?.- Hablo su IA.

La verdad no, estaba furioso, pero las cosas en su familia estaban bastante extrañas y ya no quería empeorar las cosas.

-Si déjalo entrar, pero que no se acerque al taller.

-Entendido señor.

Seguía jugando con sus herramientas, viendo sus planos de múltiples cosas, de la casa que había diseñado para su familia, el futuro taller de sus hijos, sus nuevas armaduras.

-Señor le llama Happy.

-Contesta.- Aventó una bolita de papel a su bote de basura fallando tristemente.

-Hola Tony, tenemos un problema con la construcción de la casa, el clima por acá no los a dejado avanzar y necesitamos que vengas.- En efecto, apenas se escuchaba a Happy por la lluvia.

-Esta bien Happy, iré mañana a primera hora.- Seguía viendo los planos en la mesa, distraído.

-Gracias Tony, te veo mañana.- Termino la llamada.

Si fuera el Tony de antes tomaría sus cosas y se iría en se maldito momento, no quería ver a su marido después de lo que le dijo, pero sus hijos, mañana sería viernes y quería desayunar con ellos y llevarlos a la escuela ya que esos eran los momentos que más disfrutaba.

Se sentó en su silla y se recargo en ella desganado, tenía tantas emociones. Por un momento recordó los viejos tiempos antes de casarse, antes de Peter, antes de ser feliz, y era un recuerdo entre amargo y alegre, no tenía compromisos, podía salir todo el tiempo, todos los días que él quisiera, pero también era triste cuando llegaba a casa estaba solo, era deprimente.

Pensó ¿Realmente era su culpa? Bueno siempre hablaron de adoptar, y el se negaba, y el mismo fue quien tuvo la idea de adoptar a Peter, y luego pasó lo de Nueva York, cuando se dio cuenta que el universo era más peligroso y más grande que el, y más aparte la Tierra era peligrosa, asesinos, secuestradores, ladrones, extorsionadores, fue cuando decidió que protegería a sus hijos de todo, por eso no los deja usar sus apellidos, por eso muchas veces no salían juntos o si lo hacían estaban con cosas que los ocultaran.

No sé podía estar quieto, iba de un lado a otro, viendo sus planos y haciendo nuevos, arreglando sus armaduras, haciendo mucho ruido para opacar el que hacían sus pensamientos.

-Papá.- Harley estaba en la entrada del taller.

-¿Que haces aquí?.- Se sorprendió.

-Acabo de llegar del trabajo.

-¿Que hora es?.- Miro el reloj eran las 10.- Es algo tarde ¿No crees?.- Miro a su hijo con reproche.

-Un poco.- Sonrió nervioso.- Pero creo que si las cosas van bien podre subir de puesto.- Miro a su papá con mucha ilusión.

-Eso estaría bien, solo recuerda que no debes de descuidar la escuela, estoy orgulloso de ti, sabes verte en el evento de caridad fue tan extraño para mí, no en el mal sentido, solo que fue cuando noté que ya no eres un niño y has madurado mucho.- Le sonrió a su hijo.

-Gracias Papá.- Al menor se le querían salir unas lágrimas por las palabras de su padre pero se resistió, se acerco y abrazo a su papá y el mayor le devolvió el abrazo.

-¿Ya comiste?.

-Si, un amigo del trabajo me invitó a comer.

Celos, si ese sentimiento eran celos, quien lo diría, era ridículo, pero ver que sus hijos ya no eran unos bebés que dependían de él lo molestaba. Se separo de él.

Problemas en el Paraiso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora