Ágape HIATUS

Capítulo 1

Desde "esa batalla" el tiempo comenzó a fluir ahora estamos en...
¡la era moderna!

Narradora

Una pequeña chica se encontraba en el quinto sueño.

Sueño el cual se podía considerar, mas bien una pesadilla, pues la fémina no dejaba de fruncir el ceño.

Su padre entro a la habitación, pues era raro que su hija aun no bajara a desayunar.

-Hija... Debes despertar o llegaras tarde a la escuela- el hombre al verla sudar y con el ceño fruncido, no dudo en tocar su frente para ver si estaba enferma- No tienes fiebre... pero como haz estado esforzándote para los exámenes, no me extrañaría.

La escucho murmurar entre sueños y se acerco un poco mas para escuchar mejor lo que decía.

-No...- murmullo inentendible- todos están...- murmullo inentendible.

-Tsukihiko, despierta!- la movió con mas insistencia.

-LLAMAS!!- grito dando un salto en la cama, su mano derecha se empuñaba con fuerza- Eh...?

Una vez que la chica despertó del todo, su padre suspiro.

-Otra vez tenias una pesadilla- le dijo al ver su cara de confusión- de que se trataba esta vez?

-Papá... otra vez soñé con aquel sujeto... Juro! aunque aun no puedo ver su cara...

-Ya veo... Oh! luego me lo contaras, ve rápido al baño y prepárate o llegaras tarde!

-Ah, SI! y mamá?!- grito una vez que su padre salió para darle espacio.

-Fue con tu bisabuelo a la televisora, hoy le harían aquella entrevista, recuerdas?

-Oh... claro, por sobrepasar el récord de la edad mas avanzada en Japón- medito la chica mientras utilizaba el baño de su habitación.

Minutos después

-No debí estudiar hasta tarde. No debí, no debí!!- gritaba la chica mientras corría lo mas que podía- Oh... esos dos son...- acelero su paso y corrió hasta llegar al dúo de chicos frente a ella- Sumi, Tontojuro. Buenos días!

-Hey, Hiyo!

-Hermosa mañana. Verdad, Tsuki?!- respondió con una sonrisa, a pesar del insulto, el chico de cabello extravagante.

-Que raro que ustedes dos estén llegando tarde- les dijo Sumihiko.

-SI! me quede casi hasta las cuatro de la madrugada entrenando, estaba tan concentrado que no me di cuenta de la hora!- dijo Tojuro- No podía escuchar la voz de nadie, hasta que mi padre me abofeteó y me mando a dormir.

-Eso da un poco de miedo- dijo Sumihiko.

-Menudo idiota- se burlo la chica- yo me dormí hasta tarde porque estaba estudiando para los exámenes.

De fondo se escucho como una patrulla de policía intentaba llamar la atención del trio, pero estos no hacían caso, o mas bien no se daban cuanta pues estaban en su mundo.

-Por qué no se unen al club de kendo un día de estos?!- propuso Tojuro- No, en realidad, no importa si no es el mío, pero aun así deberían de unirse al menos a un club de deportes!

-Lo siento, Tojuro- respondió el de cabello corto- pero no quiero entrar a nada que me reduzca las horas de sueño.

-Yo estoy muy ocupada con mis estudios- respondió la chica con simpleza.

-Vamos! no digan eso, es solo por un tiempo!- insistió el chico- pienso que a ustedes, realmente, se le dan bien los deportes!! Cuando empiecen a meterse en ello notaran que, por alguna razón, dejas de escuchar todo a tu alrededor. Es muy placentero!

-Es así? entonces no perderé contra ti, Tojuro- le respondió, Sumihiko, con tranquilidad.

-A mi no me preocupa, yo siempre soy mejor que el idiota cabeza hueca de Tontojuro- dijo la chica con una sonrisa de superioridad.

-Si, tienes razón!- respondió el Rengoku con una sonrisa sincera.

-Miren, al final llegamos a tiempo- anuncio el Kamado.

-Es verdad!!

-Llegamos tres minutos antes del cierre- dijo la chica al ver el reloj en su muñeca- aun así, el director Murata esta cerrando la puerta.

El trio salto la reja escolar, cayendo de pie al otro lado, y siguieron avanzando.

Tsukihiko agradecía usar mallas bajo la falda.

-SI, lo hicimos!- festejo Tojuro.

-Apenas llegamos a tiempo, no?

-Dejalo, los idiotas son felices con cualquier cosa- respondió la chica colocándose los zapatos escolares- es hora de separarnos, nos vemos.

-Si! hasta el recreo, Hiyo!- la llamo por su apodo, Sumihiko.

-ADIOS!!

El dúo de chicos siguió el ejemplo de la Haganezuka y se dirigieron a clase.

Mientras la chica seguía su camino, no dejaba de reprenderse mentalmente por ser tan dura con Tojuro.

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CONTINUARA...

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