#Nuevaversion
"A qué costó comprendería tu amor."
Todo comienza con una mentira.
Alice Thompson una secretaria por elección, es obligada a mentir tras haberse cruzado por segunda vez con el pasado tormentoso, siendo su jefe el principal autor de sus...
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"Crees poder ganarme, eres tan pura."
•••
| ALICE |
Observada. Si, absolutamente desde que llegué las miradas de sorpresa y curiosidad estaban en mí presencia era extrañó en todas mis perspectivas, en otras circunstancias estaba segura que hubiera salido corriendo pero no, estaba en el mismo lugar sin importarme nadie mientras miraba el celular buscando algún bocadillo con el cuál podría librar el hambre que tenía, tomando segundos después atención a las palabras de mi jefe. Su sonrisa pequeños momentos que veía su tristeza, en cada palabra pronunciada.
Recordar están fácil, pero desprenderme del dolor es imposible. Tu hija llegaste como una luz en el infierno que había construido en mi corazón, tras haber perdido una parte de mí en el trascurso.
Mi corazón al escucharlo había dado leves palpitar, la miradas de algunos familiares se apagó como si recordarán alguien, escuchando como mis acompañantes suspiran levemente entendiendo las palabras de mi jefe, de un momento a otro la mansión se había convertido en un silenció sepulcral. Era tan misterioso.
—Mi sobrino. —susurra Lehonar al mirar mi confusión —desapareció... Cuando... aún era un jóven. —sus ojos verdes volvieron a mirarme fijamente que al sentir un leve dolor de cabeza retrocedo intuitivamente apoyándome mis manos en la mesa.
—Папа. (Papá.) Alice te sientes bien, déjame ayudarte. —se acerca a sostenerme de la cintura con la mirada fija en su padre.
—Si. —Asiento tomando su mano —Solo empezó a dolerme la cabeza, nada de que preocuparse es habitual. —sonrió al ver su preocupación.
—¡Qué la fiesta empiece! .—escuchó el gritó de Sophía. Que al mirar dónde se encontraba la mirada de la familia era directamente a nosotros. Siendo los primeros en acercarse Béatrice y James.
—Alice... —la voz de mi jefe se escuchó preocupada que al ver a su sobrino aún sostenerme se acerca arqueando una ceja. Ese gestó es tan particular. —Misha. ¿Qué sucede? Vimos tu tambaleó, te sientes bien.
—Solo la ayudó. Sintió un pequeño mareo. —sonríe —No hay nada de que preocuparse.
—Te encuentras bien. —sostiene mis manos alejándome un poco de su sobrino causando una leve risa de su hermano.
—¡Cariño, me asustaste! —me abraza Beatrice —Pensé lo peor.
