#Nuevaversion
"A qué costó comprendería tu amor."
Todo comienza con una mentira.
Alice Thompson una secretaria por elección, es obligada a mentir tras haberse cruzado por segunda vez con el pasado tormentoso, siendo su jefe el principal autor de sus...
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"Nuestro caminó era seguir juntos, a pesar de las adversidades. Siempre estuviste ahí."
•••
| ALICE |
¿Cómo podía seguir tranquila?
Fácil, no tomar importancia lo sucedido. Para mí los dos días que pasaron transcurrieron en paz, a partir de los sucesos ocurridos, del encuentro espantoso y poco ético con mi ex jefe, mi vida como la empresa estaban completamente tranquila. Pero con un eco espantoso en mi cabeza.
¿Por qué seguía pensando en él?
Era un completó idiota, egocéntrico y narcisista, además sus coqueteó eran poco favorables. Agradecía muchísimo a James en su intentó de alejarme de su hijo.
Odiaba aceptarlo pero August Patterson Smith, es todo lo que dicen.
—¡Oye niña despierta! —el chillido de una voz me hace volver a la realidad viendo como una mujer al frente mío, "Niña" tan joven parecía. Arquea una ceja enojada al no tomar mi atención. —¡Otra vez soñando! —ríe burlonamente como si conociera mis pensamientos.
Suspiró amargamente, su cabello castaño, ojos color marrones y cuerpo de modeló solo significaba una cosa, ¡Una maldita conquista pendiente de mí ex jefe! No era mi día de suerte.
¿Cómo poder liberarme de ellas?
Tranquila, Alice. Debía de mantener mi actitud amable, era una asistente estupenda y por los estúpidos actos de está mujer no caería.
—Disculpe, ¿A qué se debe su visita? —Habló falsamente al ver su sonrisa de la misma forma.
Lo más amable posible Alice, ¡Tú puedes!
—Alice... —mira el broche al nombrar mi nombre —Puedes dejarme pasar a la oficina de tú jefe. —Comenta con superioridad.
Una sonrisa arrogante mostraba en su rostro, era una molestia, buscaba la mirada de Rebecka que al cruzar nuestros ojos verdes ella niega de un lado a otro.
—¿A mi jefe? ¿Tiene alguna cita?
—No la necesitó, August lo sabe.
—¡Oh lo comprendí! señorita déjeme decirle que él no se encuentra... —sorprendida dejó de hablar cuando su fuerte voz retumba por todo el lugar —¡Señorita bajé la voz!
—¡Usted me niega la entrada, seguro que tú eres la que cubre todo, amor! .—gritaba acercándose al despachó alertando cada movimiento me levanté del asiento tomándole del brazo obstruyendo su caminó, rogaba una y otra vez que mi jefe no la escuché pero eso sería imposible, mientras la mayoría de las secretarias miraban la escena con horror.
