capítulo 08

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—No te creo —Hoseok lo miró con los ojos entrecerrados.

—Es verdad.

—Pero Mickey llegó sano y salvo ayer con Taehyung, ¿por qué dices que Jimin lo tenía y lo perdió?

Jungkook se encogió de hombros. —Eso fue lo que dijo.

Ambos intercambiaron miradas, Jungkook estaba actuando demasiado raro la mañana de ese día. Estaba callado, su mirada estaba mucho más perdida, se encogía demasiado de hombros y, lo más importante, no hablaba de Jimin como si se estuviera quejando.

—Okay, ¿qué te pasa? —Namjoon lo miró serio.

—No me pasa nada -—lo miró confundido.

—¿En serio? —Hoseok miró detrás de él—. ¡Oh, mira! Park Jimin está alimentando a una ardilla por allá.

Jungkook giró de inmediato, observando a Jimin a unos metros sentado bajo aquel gran árbol; estaba alimentando a una que otra ardilla que caminaba por ahí, con aquella sonrisita tierna en el rostro.

—¿No es perverso? —Namjoon lo imitó, mirando su reacción.

El azabache se giró nuevamente, con aquella mirada perdida.

—Como sea —pasó una mano por su rostro—. Nos vemos luego, chicos.

Y se fue, dejándolos solos.

—Definitivamente algo le pasa —murmuró Namjoon, mirándolo desaparecer por las puertas traseras.

Hoseok asintió estando totalmente de acuerdo.

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Jungkook se encontraba metiendo y sacando algunos libros de su casillero, escuchando el murmullo en los pasillos de fondo. Soltó aire pesadamente, cerrando el casillero y acomodando la mochila sobre su hombro. Al darse la vuelta, tropezó con alguien que pasaba por ahí, haciendo que todos los libros que la persona llevaba se cayeran.

—Lo siento... —lo miró bien—, Jimin.

El rubio alzó la mirada, sonriendo con timidez.

—Está bien, no importa —agitó la mano quitándole importancia.

Jungkook no dijo nada y simplemente se quedó observando como Jimin recogía sus libretas, sin saber que este empezaba a sentirse bastante nervioso ante su mirada. El azabache desvió la vista inconscientemente hacia el trasero de Jimin, el cual se movía mucho y daba una buena vista de ello por estar recogiendo los libros; y sin poder evitarlo las imágenes del sábado pasaron ante sus ojos.

El rubio se levantó, tratando de sostener el montón de libretas entre sus brazos. ¿Por qué Jungkook siquiera seguía ahí? Miró al azabache a los ojos sin decir absolutamente nada. Una libreta cayó de repente y Jungkook se agachó a recogerla rápidamente.

—Gracias —musitó bajito.

—¿A dónde ibas con todo eso?

—Bueno, nadie quería llevar las libretas a dirección así que me ofrecí —se encogió de hombros.

Jungkook asintió despacio. Mordió su labio y se dio media vuelta, empezando a caminar hacia su siguiente clase.

—¡Ten un buen día! —el azabache aceleró el paso cuando escuchó la voz de Jimin, doblando en el primer pasillo.

Por otro lado, Jimin miraba a Jungkook alejarse. Aplanó los labios y suspiró cansado. Sí, quizás haya tenido aquella pequeña esperanza de que aquel chico alto lo ayudara con las libretas. Y sí, quizás también se haya sentido como un idiota al haberlo creído. Pero, ¿por qué lo haría? No tenía razón alguna.

Quizás fue tonto ilusionarse por el incidente del sábado.

sweetie 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora