capítulo 19

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—¿Y qué le dijiste? —cuestionó Namjoon, mirando al azabache moverse desesperado por la habitación.

Jungkook aventaba ropa y maldecía a cada segundo, corriendo hasta su baño, entraba, buscaba cosas y regresaba a la habitación donde sus dos mejores amigos se encontraban acostados en su cama.

—¿No es obvio? —respondió Hoseok por él—. ¡Le dijo que sí! Sino, ¿por qué estaría tan alterado?

—¡Le iba a decir que no, pero me miró con ojos de perro pulgoso y desamparado de la calle y tuve que aceptar! —gritó desde el baño. Luego salió sosteniendo una colonia—. ¿Qué debo hacer?

—Ir —Namjoon dijo obvio—. ¡Oye!

Jungkook le había lanzado un zapato. Hoseok se empezó a reír, protegiéndose con una almohada cuando vio las intenciones del azabache de lanzarle el otro zapato. El azabache bufó, dejó la colonia en la mesita de centro y restregó su rostro con sus manos.

—No sé qué hacer —se lanzó boca abajo en su cama—, no he ido a una cita en años.

Ambos intercambiaron miradas.

—Mira, sólo piensa en esto como una salida de amigos —Hoseok le dio palmaditas en el trasero—. Y verás que no habrá problemas.

—Si no querías ir no debiste aceptar —le siguió Namjoon, acostándose boca arriba—, quizás deberías cancelar...

—No puedo hacer eso —habló todavía escondido—, su primera cita le canceló y sería muy cruel si también lo hiciera.

—¿Y cuándo no lo eres? ¡Incluso faltaste a mi cumpleaños porque no querías salir de la cama! —se quejó Hoseok, golpeándole el trasero.

—Pero luego te llevé tus snaks favoritos y vimos el maratón de Star Wars durante toda la noche. Además, parecías muy entretenido perdiendo contra Soora en los videojuegos.

—Ah sí, lo olvidé —rió para luego ponerse melancólico—. No debí apostar todo mi dinero...

Jungkook salió de su escondite y se sentó como indio entre ellos. Soltó un largo suspiro y frunció el ceño. ¿Qué estaba haciendo? Era una simple salida, no debía estar tan estresado con eso. ¡Ha tenido salidas antes! Eso no era nada. Claro que, posiblemente se sentía de esa manera ya que la persona con quien saldría era Jimin. El mismo chico diabólico detrás de aquella perversa sonrisa.

—¿Qué harán? —preguntó Namjoon—. ¿Dónde será?

—Jimin dijo que quería ver la nueva película que salió, esa de la muralla china.

—¿Un cine? Entonces no es una cita.

Jungkook lo miró confundido. —¿Qué?

—Sí las personas van al cine en sus primeras citas es porque no están totalmente interesados —explicó—. Piensa, en un cine no harán nada, no hablarán y no podrán conocerse bien. Por eso es que el 80% de las citas es una caminata o una cena. Entonces, Jimin sólo quiere ver esa película, y no está interesado en ti.

Jungkook lo miró sin expresión, procesando sus palabras. Quizás tenía razón y el rubio no quería salir en el sentido romántico con él. Pero, ¿por qué se sentía tan desepcionado?

—Pues haré que sí quiera hacerlo.

—¿Hacer qué? —Hoseok lo miró confundido.

—Salir conmigo. De verdad.

—Hermano, eres más bipolar que mi madre cuando ve sus telenovelas latinas, mi hermana cuando le visita el tal Andrés y mi amorcito cuando lee sus libros sobre shipps homosexuales, todas juntas.

—Y que Hoseok, cuando Soo y Tae lo sobornan para robarle dinero.

Jungkook soltó una carcajada al escuchar el quejido de Hoseok y verle golpear a Namjoon con una almohada.

Entonces tuvo una idea.

—¿Estará Soora ocupada mañana?

Hoseok le miró desconfiado. —Esa vaga nunca hace nada. ¿Por qué y para qué?

—Necesito su ayuda —le sonrió inocente—. ¿Me prestarías a tu novia?
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Cuando el día de lacita llegó, Park Soora no tardó mucho en llegar a casa de Jungkook, después de escuchar de Hoseok "Kook tiene una cita", la chica había tocado su timbre tan rápido como había llegado. En esos momentos se encontraba con los brazos cruzados mirando al azabache desde el espejo.

—Chicos —llamó su atención—. He terminado.

—¿Y qué tal? —Jungkook se dio la vuelta y les miró dudoso.

Hoseok abrió la boca y Namjoon se encargó de cerrarla, ambos con los ojos muy abiertos. Jungkook llevaba unos jeans oscuros algo ceñidos, una chaqueta de mezclilla y una camiseta blanca dentro, su cabello negro iba despeinado intencionalmente y Sora se había encargado de aplicar un muy sutil maquillaje. Se veía muy lindo.

Un "woah" fue lo único que Namjoon pudo pronunciar.

—Eres dinamita, nena —Hoseok se acercó a su novia y rodeó su cintura por detrás, descansando su mentón en la curvatura de su hombro.

—Soy hombre, pedazo de mierda.

Sora rió. —Escuchame bien, Jungkook.

—Jungkook Oppa —corrigió ceñudo.

—No, cállate —tapó su boca con sus manos—. Podrás ser mi Oppa, pero jamás te llamaré así.

—Por Dios, esta niña no tiene respeto por nadie —el más alto quitó sus manos rodando los ojos.

Hoseok soltó una risa besando fugazmente la mejilla de la chica para luego lanzarse a la cama junto a Namjoon, quien miraba todo con diversión.

—Cállate —dejó sus manos en su cintura mirándole ceñuda—. Como te iba diciendo; cuando llegues a la cita, si él llega tarde dile que acabas de llegar, trata de ceder un poco y, por favor, te lo pido como amiga, no seas gruñón. ¿Con quién saldrás?

—Jimin —Hoseok respondió.

Los tres taparon sus oídos cuando Soora dejó salir un gran grito, dando saltitos alegres y tomando las manos de Jungkook sin dejar de saltar.

—¡No inventes! ¿Es el chico tierno del gran tra...?

Jungkook se apresuró a tapar su boca y mirar a sus amigos con grandes ojos. Ambos entrecerraron sus ojos hacia ellos.

—No te vuelvo a contar nada, mocosa.

sweetie 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora