capítulo 01

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Park Jimin caminaba tranquilamente por los pasillos del instituto, saludando amablemente a las personas que lo hacían primero, con aquella sonrisa tímida y mejillas pintadas de un tono carmesí.

Jungkook lo veía caminar del otro lado, sentado en las sillas de piedra bajo el árbol más grande que había en el jardín trasero.

—Míralo siendo tan lindo y adorable —murmuró, achicando sus ojos hacia él—. Es perverso.

Su mejor amigo, Hoseok, no pudo evitar reírse, mientras miraba también a Jimin del otro lado hablar con una chica que se había tropezado. La ayudaba a levantarse, incluso empezó a caminar junto a ella, seguramente para asegurarse de que llegase a su salón sana y salva.

—De verdad que no entiendo tu odio hacia ChimChim, Jeon —comentó el rubio, llevándose una papa frita a la boca.

—¿ChimChim? —repitió el pelinegro, mirándolo confundido.

—Ah, es su apodo. Sus mejillas siempre se hinchan y, por tal razón, le digo ChimChim. Es adorable.

Jungkook hizo una mueca. —Que tonto.

Hoseok volvió a reírse. —Sí, ultra tonto, JK.

El aludido rodó los ojos.

—Deberías de darle una oportunidad, no es mala persona.

—¿Has hablado con él?

—No...

—Oh, claro... —bufó. Se levantó y colgó su mochila negra en su hombro—. Nos vemos.

          

           

          

₍  ♡  ₎

          

          

          
         

Pateaba una lata vieja por su camino a casa, con las manos en los bolsillos y la vista fija en el concreto, repitiendo los trabajos que tenía para esa semana. El proyecto dequímica, el resumen de historia y el examen de inglés.

Ser estudiante era duro.

Pateó más fuerte aquella lata, apretando los puños y cerrando los ojos un momento. Después de unos segundos, un pequeño quejido lo hizo regresar a la realidad. Un chico en cuclillas a unos pasos de él se encontraba tallando su cabeza. Jungkook se acercó, viendo la lata a un lado.

—Hey, chico, ¿estás bien? —preguntó, mirando la cabellera rubia.

El chico lo miró sobre su hombro, para luego levantarse y darse la vuelta para verlo. Tenía a un gatito en sus manos.

—Eh... Sí, gracias —sonrió con timidez.

Por supuesto. Tenía que ser Park Jimin frente a él, acompañado de una estúpida sonrisa. No tenía nada en contra del chico, pero tanta felicidad no era normal. Nadie podía estar sonriendo todo el tiempo.

—Ajá. Yo lancé esa lata —la apuntó—. No te ví, así que lo siento.

Jimin miró unos segundos la lata vieja antes de volver a los ojos negros frente a él. Asintió lento, intentado no mirarlo más a los ojos, porque entonces se pondría nervioso. Sin embargo, sus mejillas lo traicionaron, pues ya se habían encendido.

—No hay problema —volvió a sonreír—. Creo que yo no debí haberme puesto en tu camino. Encontré a este amigo aquí solito —acarició el gato—, y no me pude resistir a sus encantos. Así que la culpa es mía, lo siento.

¡No! Él no tenía la culpa, ¿por qué carajos se disculpaba? Jungkook aplanó los labios, mirándolo sin expresión.

—Ajá.

Dio una leve inclinación para pasarlo de largo y retomar su camino.

—¡Que tenga un buen día! —escuchó su dulce voz detrás.

Por lo que aceleró el paso sin intenciones de mirar atrás.

sweetie 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora