capítulo 09

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Jimin le tendió el vaso de yogurt a la chica frente a él con una sonrisa amable, y esta le dio una leve inclinación.

—Que tenga un buen día —le dijo, acomodando su gorra del uniforme—. ¿Qué desea ordenar?

—Mhm... —un hombre miró el menú—. Deme uno de mora azul.

—A la orden —sonrió y se dio la vuelta estirando el brazo para agarrar un pequeño vaso de cartón, para después llevarlo bajo una máquina de yogurt.

Era domingo, y en esos días solía trabajar en la tienda de helados de yogurt de la familia de Taehyung para ganar uno que otro dinero. El castaño se encontraba atendiendo la caja del otro lado, regalando sonrisas amables al igual que Jimin lo hacía. Llevaban trabajando durante un par de horas y el turno del rubio ya casi terminaba.

Después de entregar su último yogurt, se recargó en la caja mirando a las personas comer felizmente junto a sus acompañantes. Le gustaría que su madre estuviese ahí junto a su hermano menor, comiendo lo que más le gustaba. Como una bonita familia.

—Mira quienes vienen ahí —Taehyung lo codeó para que mirase la puerta.

La campanita anunció la llegada de nuevos clientes, dejando entrar así a tres chicos.

—¡Tae, Tae! —saludó Hoseok al acercarse.

—Hola, Hobi hyung —respondió Tae—. ¿Lo de siempre? ¿Para Soora también?

—Sí, claro —miró a los otros dos—. ¿Qué quieren ustedes?

—Dos de fresa, Seokjin también quiere —soltó Namjoon, mirando su móvil.

—¿Y tú Jungkook?

El azabache alzó la vista mirando el menú por sobre la cabeza de Jimin, quien lo miraba fijamente poniéndolo nervioso.

—Lo que sea, no importa.

—Jimin-ah, dale el especial, por favor —pidió Taehyung.

Jimin asintió, girándose para preparar el pedido. El especial eran tres sabores combinados, con chispas, galletas, nueces o cualquier cosa que quisieras ponerle como extra.

—¿Alguna decoración? —dudó sonriéndole.

Jungkook lo pensó. —No.

Jimin aplanó los labios metiendo la cuchara cuadrada en el recipiente de nueces pequeñas, bajo la atenta mirada del más alto frente a él. Le dió una mirada dudosa y esperanzada, a lo que el azabache bufó y asintió aburrido, viendo como las nueces cubrían su helado de yogurt. El rubio se lo tendió, dibujando una sonrisa que hacían sus ojos desaparecer. Jungkook tomó el yogurt y con la cuchara recogió un poco, acercándola a su pronunciada nariz y oliéndola como un lindo conejo. Cuando se sintió satisfecho con el delicioso olor se lo llevó a la boca.

—¿Y bien? —indagó Hoseok—. Está bueno, ¿cierto? —Jungkook cerró los ojos asintiendo con una pequeña mueca en los labios—. Sabía que te gustaría —soltó una pequeña carcajada, golpeando levemente sus hombros.

—Aquí están los suyos —Taehyung tendió los otros—. ¿Y qué les trae por aquí?

—Bueno, les había hablado sobre tu grandioso local familiar y quisieron venir a probar.

—Oh, no tenías que...

—No es nada, Taehyungie —agitó la mano, regalandole una bonita sonrisa.

El reloj hizo un tic anunciando el final del turno de Jimin, a lo que el rubio sonrió ampliamente quitándose la gorra y rodeando el escritorio para salir.

—Bueno, ya es hora de irme. ¡Nos vemos luego, Tae! —se despidió.

—¡Jimin, espera un momento! —Hoseok lo llamó, haciendo que este detuviera su paso—. ¿Por qué no te acompaña Jungkook? Después de todo van por el mismo camino, ¿no?

—Ah... —Jimin lo miró avergonzado, sin saber que responder—. Yo... Supongo que sí.

sweetie 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora