capítulo 14

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El viernes había llegado y con eso la visita a la casa de ancianos de Seúl. Decir que Jungkook estaba emocionado de estar junto a muchas personas mayores que olían a ese peculiar aroma de abuelitos combinado con cientos de medicamentos, a los cuales había que cuidar como niños, era mentir. Porque no, Jungkook no estaba emocionado, pero tampoco estaba disgustado. Ese día sólo quería dormir para descansar de la semana agotadora que había pasado.

Se encontraba sentado junto a Hoseok en los asientos del autobús que los llevaba junto a sus compañeros de mismo grado hacia aquel lugar. Sus audífonos estaban en sus oídos y la música caminaba por los cables hasta llegar a ellos. Miraba por la ventana aburrido, viendo a los coches pasar. Su autobús se detuvo y otro también lo hizo a su lado, donde transportaba a chicos de su misma escuela de grados inferiores.

Casualmente Jimin estaba en la ventana de frente a él.

El rubio no hacía nada, sólo tenía apoyada la cabeza en la ventana y unos cómodos audífonos puestos, profundamente dormido. El ruido de su autobús era mucho más fuerte en el que él iba, los compañeros de Jimin cantaban, reían e incluso bailaban eufóricos. Quizás debía estar demasiado cansado para dormir con toda esa algazara.

Lo miró atento, viendo su pecho subir y bajar tranquilamente, con sus cabellos dorados ligeramente desordenados y aquellos pomposos labios entreabiertos. Se veía tan calmado, tan pacífico, que incluso le pareció tierno. Pero entonces el autobús se movió, privándolo de la vista, para que luego el suyo siguiera su camino.

—Jimin se ve muy lindo durmiendo, ¿verdad?

Jungkook dirigió su mirada a Hoseok, quien le sonreía con ambas cejas alzadas. Quitó sus audífonos, fingiendo no haberlo escuchado cuando claramente lo hizo.

—¿Eh?

—Que ya llegamos.

El autobús se detuvo, abriendo sus puertas y dejándolos salir. Salieron en orden, formándose cerca de su profesor a cargo. Jungkook fue el último en salir, notando inmediatamente el letrero en el césped que decía el nombre de aquel lugar. Buscó entre las cabezas una en especial, sin saber porqué realmente.

—Bien, jóvenes, pongan atención —el profesor llamó—. Tendrán que escoger a un compañero de un grado inferior o superior, no importa quién sea. Esto es para la evaluación que ustedes harán de sus compañeros sea más justo, ¿estamos de acuerdo?

Todos confirmaron en coro.

—Bien, busquen un compañero y entren en orden.

Después de ordenar, todos se revolvieron. Jungkook miró a Hoseok llamar a Taehyung de forma cariñosa, siendo correspondido por una risa y mejillas teñidas; luego estaba Namjoon, quien obviamente estaba con Seokjin. Todos empezaban a tener parejas, menos él, lo cual no le sorprendía, pues no conocía a casi nadie de otros grados. Pero igualmente le ofendía, ¿por qué no querían acercarse?

Lo cierto era que un par de chicos estuvieron a punto de hacerlo, pero al ver la mirada helada que tenía decidieron no hacerlo. Él podía intimidar algunas veces.

—Jungkook hyung… —una voz somnolienta lo llamó

Giró la cabeza, mirando a un pequeño rubio tallar su ojo izquierdo y cubrir un bostezo. Jimin le sonrió adormilado.

—¿No tienes a nadie?

—Por supuesto que sí, se llama Virginia y está aquí, ¿no la ves? —apuntó a la nada con sarcasmo.

Jimin negó y rió somnoliento. —¿Quisieras estar conmigo? Lo cierto es que apenas me levanté y ya todos tenían pareja, ¿qué dices? ¿Te gustaría?

Jungkook lo miró bostezar nuevamente, tallando sus ojos y dándose palmaditas en ambas mejillas para despertar completamente. Pensó que en ese estado tan sólo causaría problemas.

—No tengo opción.

Pero aún así aceptó.

sweetie 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora