Reencarne En Un Mundo Creado Por Una Diosa Amante De Los Isekai

9. Llegando a la ciudad Rodem

Después de salir del pueblo Gramt, yo junto a Mai chan caminamos por el camino que llevaba a la ciudad Rodem.

Saque el mapa de mi inventario y busque la ubicación del reino Damhel, a simple vista cualquier persona que viera este mapa pensaría que es normal, pero la verdad es que cuando veías su contenido era fácil notar que era completamente diferente a uno convencional, esto porque si lo mirabas era como ver una pantalla digital dónde puedo agrandar y achicar la vista, el tamaño del mapa era de unos 41 x 41 cm.

Por lo tanto si tuviera que compararlo con algo, sería como tener una aplicación del mapa mundial de Milward, por lo tanto era como tener un tesoro divino, lo cual era, ya que Hedys Sama me lo dió, para poder viajar por todo su mundo.

Cuando encontré la ubicación del reino Damhel, lo marque, el mapa entonces me mostró varias rutas, desde las más rápidas, pero peligrosas, hasta las más lentas, pero seguras.

Así que seguiría una de las más lentas, que pasará por muchos pueblos y ciudades, ya que aunque mi objetivo actual era ir al reino Damhel, no significaba que tuviera urgencia por llegar lo más rápido posible.

Cuando terminé mis asuntos, cambié mi mirada hacia Mai chan, quien estaba mirando todo a sus alrededores con curiosidad y emoción, lo más probable es que todo esto sea una nueva experiencia para ella, así que no le dije nada y continuamos caminando.

Hasta que llegamos a una encrucijada donde habían 2 caminos, uno hacia la ciudad Rodem y otro hacía la aldea Krant, mire hacia el cielo y ví que ya se podía ver el atardecer, mirando el mapa, la ciudad Rodem aún estaba a una gran distancia y posiblemente con nuestra velocidad actual, tardaríamos 1 día en llegar, por lo que decidí que lo mejor sería que esta noche la pasáramos en la aldea.

Así que caminamos hacia ese lugar y al llegar, me acerqué a un señor que estaba regando unas plantas.

"Disculpe, en la aldea hay una posada donde nos podamos quedar"

El hombre nos volteo a ver, luego sonrió y miró hacia una dirección en particular.

"Si vas hacia ese lugar, encontrarás una casa con un letrero que dice posada luna creciente y si no sabes leer, el letrero tiene dibujado una luna creciente, por lo que te será fácil de ver, además de que es la única posada que hay en esta aldea, así que si te pierdes puedes pedirle indicaciones a otros aldeanos"

"Muchas gracias"

"Si, muchas gracias señor"

Nos despedimos del hombre y nos dirigimos hacía el lugar que nos indico, hasta que pude ver una casa de 2 pisos, la cual era la más grande del lugar, sobre la entrada se encontraba un letrero que decía luna creciente y aún lado estaba el dibujo que le hacía honor a su nombre.

Entramos y dentro una pequeña chica nos atendió.

"Bienvenidos, ustedes deben de ser viajeros, ¿verdad?, en ese caso vinieron al lugar indicado, yo soy Amelia la dueña de este lugar y soy de la raza enana, ahora bien, cuántos días les gustaría quedarse"

"Mi nombre es Yuudai y ella es Mai, somos humanos y efectivamente somos viajeros y nos gustaría quedarnos una noche, por favor"

"Ya veo, por noche y habitación serían 15 monedas de cobre, no se incluye la comida y tampoco contamos con un baño, pero si hay un retrete, pero por uso se cobrará un extra, esto por el mantenimiento y la piedra mágica que se utiliza, espero puedan comprender"

"No tenemos ningún problema, queremos 2 habitaciones"

"En ese caso sería un total de 30 monedas de cobre, también necesito la identificación de cada uno de ustedes y eso sería todo"