Marian había pasado los últimos días a la espera de que llegara la carta de Robin entre los amigos de Harry. Eran un grupo conformado por tres chicos incluyendo a Manuel y La Hiena, además de dos chicas, los cinco eran simpáticos y alegres aunque disfrutaran las bromas crueles.
No entendía como las personas que, sentía la apoyarían incondicionalmente fueran las mismas que explotaban cualquier debilidad suya que asomara o que casualmente descubrieran.
Sentía que podían hablar de todo, llenar el vacío que sus viejas amistades dejaron, un momento se sentía de nuevo en su hogar y al siguiente una completa basura.
Sentía que lo merecía, sentía que era su manera de pagar por lo que hizo, enmendar el daño que provocó por egoísmo.
- ¿Por qué llevas ese libro todo el tiempo contigo? - preguntó uno de los chicos refiriéndose a su libro de hechizos.
- Quiero asegurarme de que todo esté anotado para cuando regrese - respondió con absoluta naturalidad.
- ¿No vas a quedarte permanentemente? - Manuel parecía estar decepcionado. Una de las chicas lo miró intentando esconder sus celos aunque no lo hiciera del modo adecuado.
- No lo creo...
Había pensado seriamente en contar su secreto, pero pronto lograba volver a la realidad.
¿Lo entenderían? Estaba casi completamente segura de que no. Quería regresar a Nottingham ¿Cómo regresaría después de jurar que no volverían a saber de ella?
--
- No quiero volver a sentirme igual - el mismo temor que había sentido días antes de irse de Nottingham lo había sentido ahora, y las razones, de cualquier modo posible estaban relacionadas.
- Dime qué fue lo que sucedió - pidió Suzette.
- Pasó hace algún tiempo, así que puede que olvide algunos detalles importantes - advirtió, suspiró y comenzó a contar la historia - Un día normal al príncipe se le ocurrió practicar lanzamientos con una catapulta. Casi destruye la granja de una chica llamada Julieta. Robin le ayudó mucho aquel día, como si fueran amigos de toda la vida. Me enojé mucho ese día y me comporté como nunca lo hice.
- Entiendo que no quieres volver a pasar por eso, pero qué hizo que volvieras a recordar aquel día.
- La carta que llegó hoy - le enseñó la hoja y Suzette no demoró en encontrar las palabras referidas a la tal Julieta y entender qué estaba pasando - No tienes que preocuparte de nada, Robin dejó muy claro que no ocupa tu lugar.
- No he amado bastante a Robin, no lo he amado cual merece, no lo he amado como él me amó a mi. Es una ingratitud, jurarle fidelidad hasta la muerte y no morir. Estoy viva y eso solo viene a coronar todas las desgracias que abruman mi corazón.
- No me vas a decir que quieres morir.
- No sé por qué hablo de esto contigo, vas a decirle a todos.
- "Supongo que debía ser así, ¿Quién es Suzette?"
- ¿Por qué la traición?
- Intentaba ayudarte, creí que estaba haciendo lo correcto - Marian la pensó un momento, no estaba bien juzgar sus actos tan precipitadamente, pero tampoco estaba bien lo que Suzette hizo.
- ¿No debiste consultarme primero?
- Te habrías negado?
- Pero no estaría tan enojada como ahora porque existiría confianza entre nosotras.
- Lamento que te sientas así, pero no me arrepiento de lo que hice - fue todo lo que Marian necesitó para tomar su carta e irse.
--
Absorta en sus pensamientos y ajena a su alrededor, así se encontraba. Los demás chicos del grupo hablaban entre ellos mientras veían pasar a las personas. De a poco iba regresando a su entorno y distinguiendo las voces con banales charlas.
- Todos hablan... Basura - dijo con fastidio y la mirada perdida.
- ¿Disculpa? - una de las chicas estaba claramente molesta ante su comentario.
- No pienso repetirlo, sé que lo escuchaste bien.
- No comiencen una pelea - intervino Manuel.
- Es ella quien nos llama basura.
- Nunca dije que ustedes eran basura.
- Pero es lo que piensas de nosotros, no tiene caso que intentes seguir negándolo.
- Dinos por qué estás aquí si piensas esas cosas de nosotros.
- Ya dije que no pienso esas cosas de ustedes.
- Ven Marian, acompáñame - ella obedeció - Sabes, sé que esto puede sonar extraño o inesperado. No sé cómo decirte esto.
- Es sencillo, usa palabras, así podré entenderte - Manuel rio sin notar el sarcasmo en la frase.
- Sé que no nos llamaste basura, per creo que me ayudará a expresar lo que quiero decir - se aclaró la garganta - Seré una basura, pero esta basura daría todo por ti.
- Ambos sabemos que eso no es cierto, eres un egoísta que solo piensa en sí mismo. No te veo de la manera que quizá tú quieres.
--
"No entiendo cómo todo pudo volverse tan molesto de repente, parecía ir bien y de la nada descubro que hasta mi tía me oculta cosas, eso debe responder tu pregunta sobre quién es Suzette. Me estoy llevando muy mal con las personas que viven aquí, es todo lo contrario a Nottingham, aquí parezco un pez fuera del agua. Intenté seguir tu consejo pero simplemente me ha resultado imposible mantener la compostura, a pesar de que pongo de mi parte.
No debes preocuparte por el asunto de Julieta, ahora creo que es natural haber pedido ayuda a alguien conocido y sobre todo tan inteligente y decidida como lo es ella, pero quizá me habría sorprendido menos si me hubiera enterado por ti, aunque ahora ya no importe.
Me asusta regresar alguna vez y que ninguno de los dos pueda ser amigo del otro, temo que uno de nosotros sufra"
- No quiero que descubra lo que pasa. No quiero que sepa que la basura soy yo y aún lo quiero de todas la maneras posibles - lloró amargamente sobre el papel durante horas sin atender a los llamados a través de la puerta.
1004 palabras
Fecha de inicio: 07 - 2021
Fecha de finalización: 26 - 07 - 2021
ESTÁS LEYENDO
Dear Robin - En edición
Short StoryNi el tiempo ni la distancia olvidan lo que el corazón recuerda.