۞✞︎۞— Desnúdate para mí hermoso. — Matías le ordena a Mauro, quien se encontraba en el centro de una gran y espaciosa habitación, la cual estaba mucho más limpia en comparación en la que había despertado. — Pero hazlo de manera lenta. — indica, no dándole ninguna opción de protesta al peliblanco.
El cual no tarda en pasar sus manos por su cuerpo, en busca de quitarse la túnica que llevaba puesto, la cual se encontraba completamente rasgada, al igual que sus alas, las cuales se encontraban llenas de sangre. Siendo una cantidad muy considerable, como si le hubieran hecho una gran herida de la que no quedo rastro alguno, solo las manchas de aquel vital líquido de color rojo sobre sus extremidades.
— Ahora te quiero de rodillas enfrente de mi. — Spallatti le ordena nuevamente, en el momento exacto en que Monzón había terminado por sacarse toda la ropa que traía encima, obteniendo todo lo que pedía de inmediato. — Sos malditamente hermoso. — indica, acariciando el rostro del peliblanco, quien mantiene una expresión seria e inmutable. — Jamás había tenido la oportunidad de jugar con un ángel en todos los siglos que llevo con vida. — comenta, alejando sus manos de la cara del contrario, para levantar un poco su ropa, estando sentado en la orilla de la cama que se encontraba ahí. — Pero ahora que tengo la oportunidad, pienso aprovecharla totalmente. — informa, dejando expuesto toda su pija ante los ojos de Mauro, quien solo es capaz de derramar unas cuantas lágrimas, a causa de la gran angustia que estaba recorriendo todo su cuerpo, pero sin emitir sonido alguno. — ¿Por qué lloras hermoso? — le consulta, pero sus palabras son más que ironicas para el ojiverde, quien quiere gritar con todas sus fuerzas e irse de ahí, pero sin importar cuánto intentara retomar el control de su cuerpo, todo seguía siendo igual que antes. — Vamos no llores, que intentaré ser lo más suave posible. — promete, pero sus palabras no son más que una falsa promesa para el contrario. — Aunque no pienso devolverte hasta que me hagas sentir completamente satisfecho y para llegar a ese punto tendrás que trabajar mucho. — termina por decirle, siendo el inicio del fin para Mauro. — Así que ahora quiero que tú bonita boca me chupe la pija, y espero que lo hagas bien. — ordena, siendo suficiente para que todo empezara.
Monzón se acercó ligeramente hacia el frente, abriendo la boca en el proceso, llevándose al mismo tiempo la gran extensión de carne que estaba expuesta ante sus ojos. Y al tenerla dentro no sintió más que un fuerte retortijón en el estómago, con unas tremendas náuseas y muchas ganas de vomitar, pero su cuerpo siguió con el trabajo que se le había encomendado.
Y como si no fuera la primera vez que hacía algo como eso, comenzó a chupar y lamer la pija de Matías, recorriendo varios puntos que hacían gemir al contrario, quien sólo podía echar la cabeza para atrás, mientras se sentía demasiado bien desde hace muchos siglos y eso solo lo hacía sentir mejor. Así que solo dejó que el peliblanco siguiera con su enmienda, la cual pasó a otro nivel cuando la boca del ángel llegó a su glande, lugar que se encargó de ensalivar y chupar de una manera casi excepcional.
— Para ser un ángel, haces muy buenos petes. — Matías comenta, llevando una de sus manos a la cabeza ajena, para poder enredar sus dedos en el cabello del otro. — Pero ahora quiero follar tu linda boquita hasta el cansancio. — anuncia, haciendo un brusco movimiento para que el ojiverde tuviera más de lo que podía tener dentro, algo que solo le causó un tremendo dolor en la garganta, mientras alargaba un fuerte gemido. — Oh, si, así mismo. — murmura, comenzando un vaivén con la cabeza de Mauro, quien ahora más que nunca desear no estar consciente, porque no quería presenciar cómo lo utilizan al igual que un simple juguete. — Más rápido hermoso, más rápido. — ordena, causando que los movimientos de la boca del contrario se intensifiquen el doble. — Sigue así hermoso, sigue así. — dice con insistencia, estando lejos de correrse, pareciendo querer cumplir con todo lo que había dicho antes, por lo que Mauro podía irse despidiendo de toda su integridad física y mental en un solo segundo.
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𝗘𝗻𝘁𝗿𝗲 𝗻𝗼𝘀𝗼𝘁𝗿𝗼𝘀 𝗱𝗼𝘀 : ʟɪᴛɪᴀɢᴏ
Fanfic𝖬𝖺𝗎𝗋𝗈 𝗒 𝖳𝗂𝖺𝗀𝗈 𝗏𝗂𝗏𝖾𝗇 𝖾𝗇 𝗎𝗍𝗈𝗉𝗂𝖺𝗌 𝗌𝗎𝗆𝖺𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾 𝖽𝗂𝖿𝖾𝗋𝖾𝗇𝗍𝖾𝗌, 𝗎𝗇𝗈 𝖽𝖾 𝖾𝗅𝗅𝗈𝗌 𝗏𝗂𝗏𝖾 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝗋𝖾𝗂𝗇𝗈 𝖽𝖾 𝗅𝗈𝗌 𝖺𝗇𝗀𝖾𝗅𝖾𝗌, 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗌 𝗆𝖺𝗒𝗈𝗋𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗈𝖼𝗂𝖽𝗈 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝖾𝗅 𝖼𝗂𝖾�...