BAD BOY 13

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Jimin no sabía lo que iba a pasar de ahora en adelante. A decir verdad, la confesión de Jungkook acerca de su pasado lo había dejado bastante aturdido, pero aún así, en ningún momento pensó que realmente fuera su culpa todo lo que hizo, después de todo él era un niño confundido, lastimado y encaminado por malos ejemplos, por malas compañías, alentado a hacer las cosas mal... Así que no lo podía culpar, al contrario, en cierta forma estaba orgulloso de que a pesar de todo retomara el buen camino y dejara esas cosas atrás.

—Llegamos.

La interrupción a sus pensamientos por parte del dueño de los mismos, hizo que Jimin mirara al frente encontrándose con un edificio de color azul marino un poco desgastado. A lo mucho tendría seis pisos y era bastante ancho, así como también alargado, por lo que supuso que en un piso habría más de un departamento a cada lado.

—¿Aquí vives?— preguntó curioso mientras se acercaban a la entrada, misma que tenía unas puertas de cristal que conducían a un elevador y unas escaleras.

—Si, y por cierto, no sirve— respondió al ver que Jimin caminaba en dirección al elevador descompuesto.

—¿Entonces tendremos que subir escaleras?

—Así es.

El peli rosa hizo un puchero, ese día se sentía extrañamente agotado y la idea de subir escalones no era la mejor en ese instante, pero para su fortuna, el departamento de Jungkook se encontraba en el tercer piso, y tal como lo pensó, en este habían seis puertas de distintos departamentos, tres del lado izquierdo y tres del derecho.

—Bueno, aquí es— introdujo la llave a la desgastada cerradura, sin embargo, antes de girarla se quedó inmóvil mirando la madera un poco maltratada de la puerta.

—¿Jungkook?

—Escucha Jimin, lo que te voy a decir y lo que te voy a mostrar, solamente lo conocen quienes ya te mencioné anteriormente, así que por favor, independientemente de si decides seguir siendo o no mi amigo, te pido que no se lo digas a nadie ¿De acuerdo?

—Aunque no me lo pidieras, no se lo habría contado a nadie Jungkook... Puedes confiar en mí.

El azabache suspiró pesadamente pensando en si era una buena idea, aún podía retractarse, sin embargo tanto su cerebro como su corazón le decían lo mismo: puedes confiar en él.

Más decidido que antes, finalmente abrió la puerta y se adentró, invitándolo a adentrarse también.

Sorprendentemente para Jimin, el departamento de Jungkook era bastante organizado y lo tenía en buen estado, no como el resto del edificio.

Las paredes eran de color blanco con algunas decoraciones grises bastante desordenadas y con formas curiosas o extrañas. El uniforme que usaba en el asilo estaba perfectamente planchado y acomodado en un gancho colgado y listo para usarse. La televisión era pequeña, pero lucía bien así como los sillones de color negro que decoraban la sala, el mismo color de todos los muebles en el lugar, que no eran demasiados.

A decir verdad, no había mucho que ver. Era un lugar sencillo, con algunas fotografías en unas repisas junto a unas figuras de superhéroes y un estéreo. Cuadros con imágenes en blanco y negro así como una alfombra de color gris en el suelo.

—Es muy bonito.

—Gracias... Pero no te traje solo para que vieras la decoración— suspiró por octava vez en el día y se encaminó hacia una de las tres puertas que se alcanzaban a divisar sobre un pequeño pasillo—. Espera aquí.

Abrió la puerta del fondo, y se metió en ella causando aún más nervios y curiosidad en su invitado... Hasta que de pronto una mujer salió de allí: cabello negro, lacio y corto hasta los hombros. Delgada, alta, quizá más alta que él; además tenía varios tatuajes que se podían apreciar en sus brazos gracias a la blusa de tirantes que llevaba puesta. También tenía un aro en la nariz y otros aretes en las orejas. En realidad era una chica bastante guapa, con sus ojos de color gris levemente rasgados y misteriosos, nariz respingada, labios delineados y finos.

BAD BOY || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora