BAD BOY || KookMin

BAD BOY 6

Namjoon y YoonGi habían estado insistiendo en ir a una fiesta organizada por unos amigos de la universidad.  La realidad era que Jungkook no quería ir, porque sabía de ante mano que las chicas estarían sobre él como moscas, siempre era igual, aunque después de todo solamente era un polvo más. A las chicas les gustaba su apariencia y se decepcionaban un poco cuando no mostraba ningún interés, así que dejó de hacerlo.

Sus amigos prácticamente le suplicaron, y fue después de la pizzería que aceptó ir, con la condición de abandonar la fiesta temprano.

Así fue como llegó a ese departamento con gente que a decir verdad no conocía. Estaba repleto de estudiantes, la mayoría ya estaban ebrios o drogados, además la música era tan fuerte que debían gritar a todo volumen para ser escuchados.

El ambiente no era tan agradable en realidad y se preguntó porqué ningún vecino se había quejado aún por el escándalo.

—¿Ya podemos irnos?— preguntó a sus amigos una hora después de haber llegando, pero estos lo ignoraron olímpicamente mientras coqueteaban con algunas chicas del lugar.

Después de todo ya sabía que eso iba a suceder, terminaría volviendo solo, así que enfadado se alejó de ellos dispuesto a marcharse, hasta que logró escuchar a alguien gritar...

—¡Auxilio! ¡Ayúdenme por favor!

Se dió vuelta tratando de encontrar a la persona que gritaba, pero no veía a nadie entre la multitud de jóvenes que tenían la mente pérdida en un algún lugar lejano a la tierra.

Pensó que había escuchado mal, hasta que sus ojos se toparon con el dueño de aquellos llamados... ¿Qué hacía Park Jimin en un ambiente como ese?

Pudo ver que se intentaba liberar del agarre de aquel patán, sin embargo éste lo miraba como si ya estuviera desnudo frente a sus ojos, y eso lo hizo enfurecer. Apretó los puños empezando a caminar en su dirección, y es que él tenía un pequeño secreto...

Desde aquella vez en que escuchó a Jimin defenderlo frente a toda la cafetería, algo había cambiado en su interior y su corazón se aceleraba locamente cada vez que lo veía pasar. Deseaba hablarle, deseaba acercarse y porqué no, ser su amigo, pero no era tan valiente como todos creían, o al menos no en ese aspecto.

Estaba tan enojado que no supo cómo llegó, pero cuando se dió cuenta ya estaba a un lado de ellos.

—¿No oíste que lo dejes en paz? No quiere ir contigo.

—J-Jungkook

En ese momento pudo notar la mirada brillosa que le brindó Jimin con aquellos preciosos ojos que comenzaba a alucinar. Lo miró como nunca nadie lo había mirado antes, no como una amenaza, no como alguien peligroso, no con temor, sino todo lo contrario. Era una mirada esperanzada, de alivio, como si fuera una salvación.

—No te metas imbécil. Yo la ví primero.

—Por si no te has dado cuenta, tarado, no es ella, es él.

Cuando el sujeto miró a Jimin mejor y más de cerca, se dió cuenta de que se trataba de un chico. Debido a su estado ya no distinguía bien nada, incluso pudo haber confundido a cualquiera, desafortunadamente fue Jimin, y sin embargo después de darse cuenta se encogió de hombros y tiró nuevamente del brazo del menor.