Capitulo 17

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Sesshomaru: Iremos al sur.

No decía de quién obtenía información, ni como la conseguía o como encontraba el rastro, simplemente se iba por unos momentos y regresaba e indicaba la dirección en la que irían.

.....

Miroku estaba en problemas, serios problemas, y no precisamente con los dioses, sino con el general Marino Sorrento de Sirena.
A Miroku se le ocurrió decir que en más de una ocasión había espiado a las chicas mientras tomaban un baño.

Radamanthys: ¿Por qué presiento que lo va a matar?
Minos: Quizá porque el mismo dijo que espió a Aome.

Se sorprendieron al ver que no había sido Sorrento quién lo golpeó, sino las chicas, pues tenía un chichón en la cabeza y la palma de la mano de Aome marcada en la cara, y le había ido bien.

Con Inuyasha

Se encontraba molesto, realmente molesto, Miroku era el último recurso para que Aome volviera a él, le podía inventar algo y no sería muy difícil convencerla de que todo lo hacía porque la amaba.

Kykyo: ¿Te ocurre algo Inuyasha?
Inuyasha: No es nada.

La lejanía de Inuyasha le dolía bastante. Desde que volvió a la vida sabía que Inuyasha y Aome tenían una especie de conexión, y que ella estaba de sobra, pero se aferró a él y no lo dejo ir.

Kykyo: ¿Estás pensando en ella... Verdad?
Inuyasha: No sé de qué hablas.
Kykyo: Estás pensando en Aome.
Inuyasha: Estoy a tu lado. ¿No basta con eso?
Kykyo: Mientras tú estás pensando en Aome, ella está feliz de la vida a lado de ese hombre. - grito con frustración - en esa ocasión en la cueva ella misma me confesó que estaba enamorada de él, y que el hecho de decirte que ella se veía a escondidas con él le había ahorrado el trabajo de decirte que ya no tenía interés en ti. Ella busco a alguien que si la mereciera y yo debí hacer lo mismo hace años!

No sé lo había dicho, se lo había restregado en la cara, aquello que Aome no le dijo, Kykyo se lo estaba diciendo, y él sabía que tenía razón, pero su orgullo no lo dejaba aceptarlo frente a ella, ni frente a nadie.

.....

Se encontraban descansando, ya habían cenado y cada quién estaba en sus asuntos.
Sango y Miroku se habían alejado para buscar leña.

Los pequeños estaban jugando mientras Jaken cuidaba de ellos, Sesshomaru se había alejado. Los tres dioses se encontraban hablando de algún tema y los demás estaban en su propio mundo.

Aome y Sorrento estaban más alejados del grupo, pues la azabache quería compartir una barra de chocolate con el general Marino.

Aome: Prueba un poco.
Sorrento: Después de tí. - viendo cómo destapaba el chocolate - ¿Está rico?
Aome: ¡Está delicioso!
Sorrento: Lo  probaré entonces.

Se acercó a ella y la beso tiernamente y al mismo tiempo probó el sabor del chocolate que había comido Aome, logrando que ella se ruborizara al instante.

Sorrento: Tienes razón. - sonriendo ampliamente - estaba delicioso. ¿Puedo probar más?
Aome: Si. (Apenada)

Volvió a besarla, sólo que en esta ocasión no la tomo por sorpresa y si le siguió el beso.
Se olvidaron del chocolate, pues ese era su momento.

A la distancia se encontraba cierto hanyou observando la escena con celos y enojo, pues no sólo vio que se besaban, también vio como Sorrento se había aventurado a peinar con sus dedos el cabello de Aome, para después recostarse en sus piernas.
Pero lo que más le dolió, fue escuchar su conversación.

Aome: ¿Qué pasará con nosotros cuando toda esta aventura termine?
Sorrento: Por mi te secuestraría y te llevaba conmigo, pero tu madre podría demandarme, en el mejor de los casos. (Riendo)
Aome: Podría ir contigo y el dios Poseídon. Si eso quieres.
Sorrento: Aome... - levantándose y mirándola a los ojos - no quiero que hagas lo que tú no quieres, no quiero que dejes todo a lo que estás acostumbrada sólo porque creas que así lo quiero yo.
Aome: Yo....
Sorrento: Déjame terminar por favor.
Aome: Está bien.
Sorrento: A mí me gustaría verte crecer cómo persona, que cumplas aquellas metas que te has propuesto y que me dejes estar a tu lado en todo momento, quiero que te superes a ti misma, que te demuestres de lo que eres capaz. - acarició su cabello y beso su frente - nada cambiará entre tú y yo, te seguiré queriendo igual o más que ahora, estaré a tu lado, te apoyaré y seré esa persona en la que puedas confiar, lo único que si quiero es que como hasta ahora, me cuentes lo que te pasa, lo que te molesta y lo que te inquieta, que no te guardes las cosas pues me tienes a mi.
Aome: Te prometo que así será.
Sorrento: Y si quieres venir conmigo, no se, en cinco o seis años yo te sabré esperar.

Volvieron a unir sus labios en señal de una promesa, pero para ese momento.... Inuyasha ya se había dejado controlar por su sangre demoníaca.
Salió de su escondite y se fue directamente a atacar a Sorrento, quién ágilmente esquivó el golpe.

Sorrento alzó a Aome y trato de alejarla lo más posible de Inuyasha, quien en ese momento también parecía desconocer a la chica.
Uso su escala y comenzó a tocar su flauta, de inmediato Inuyasha cubrió sus oídos y parecía estar desesperado.

Kykyo llegó al lugar, pues había seguido a Inuyasha.
También aparecieron los dioses y sus guerreros, además de Sesshomaru, este último sólo necesito de un golpe para dejarlo inconsciente.

Hades: ¿Que fue lo que ocurrió?
Aome: Sorrento y yo estábamos conversando e Inuyasha salió de la nada.
Kykyo: ¿Que fue lo que le hicieron? (Gritando)
Sorrento: ¡Él nos atacó!
Hades: Lo enviaré al Inframundo de una buena vez.
Athena: Detente Hades. - llámando la atención de todos - él nos guiara a Hera y Naraku.
Hades: ¿Sabías que no sólo el caballero de virgo puede borrar algunos recuerdos?

En teoría no tenían nada en contra de Kykyo, pero también debían borrar algunos de sus recuerdos.
Al final los dejaron inconscientes, explicándoles a Aome y Sorrento que la estrategia era esa, que Inuyasha los guiará hacia Hera y a su vez hacia Naraku.

Melodía De Amor Aome x SorrentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora